Mi muro y opiniones de autoridades

miércoles

ÁFRICA, LOS ÚLTIMOS QUE FUERON LOS PRIMEROS:


" ¿ Por qué África, que fue la cuna de los primeros seres humanos, ha llegado a ser el continente de los últimos y más empobrecidos?". Cuando escuché esta pregunta de una persona entrañable, no pude menos que, pese a la aparente falta de conexión entre dos extremos tan dispares como lo son el origen de nuestra especie y, por otro lado, el mar de injusticias, miserias y abandono que sufre ese gran continente, reconocer que la pregunta tenía un profundo sentido. En primer lugar, la pregunta cobraba sentido si era expresión del desarraigo, del olvido y la falta de gratitud y solidaridad de cada generación con sus predecesoras, con las que inevitablemente contrae el débito de la existencia. Pues si esto es así, ¿ qué decir de los vínculos morales que nos deberían acercar a nuestras raíces, solidarizándonos y colaborando con el desarrollo humano en justicia de aquellos pueblos que habitan el continente africano?. Es lamentable que sólo nos preocupe su suerte cuando sus desgracias y sufrimientos hacen zozobrar las comodidades o seguridades con las que una parte del mundo enriquecido goza del mundo a costa de las fatigas y quebrantos de la otra parte inmensamente mayor. El hombre, pese a su memoria, como especie, tiene una memoria lamentablemente muy selectiva, fragmentada y, verdaderamente, bastante sesgada por lo útil y beneficioso para los intereses particulares o inmediatos. No es raro ver hermanos que disputan por bienes materiales; ¿ cómo, entonces, puede extrañar que el mundo occidental, el mundo enriquecido, vea como "ajenos" los problemas de África?. Si le son ajenos es porque también percibe como tales a quienes los padecen. Pero estas cosas pasan de igual forma que devienen "extraños" los propios hermanos: el desafecto y el olvido de sus raíces, la pérdida de comunicación con lo que se guarda en las entrañas del ser más íntimo y que nos pone en relación con nuestros primeros vínculos y afectos vitales: nuestros orígenes, nuestros padres, nuestra infancia. Así mismo, la humanidad ha ido desarrollándose dispersándose por el mundo y olvidando los vínculos y orígenes que constituyen su filiación y que pueden ofrecer un sentido de unidad, de pertenencia y solidaridad transculturales. Algo muy necesario para impulsar el proyecto de una nueva forma de socialidad dignificante de la condición humana.
Pero hay un segundo aspecto o punto de reflexión que me suscitó la pregunta planteada por esta persona amiga. Me siento tentado a pensar que si África está así, la última siempre, es porque, antes, "nosotros" ( entiéndase, los civilizados occidentales) nos moríamos en aquellas tierras continentales. Durante muchos siglos, dos límites difícilmente suparables, se oponían al desarrollo del programa de conquistas territoriales y explotación de recursos naturales que iba asociado con el modelo de generación de riqueza propio de las grandes potencias europeas. El primer límite se encontraba al norte del continente africano: por un lado el Islam, pero, por otro, el infranqueable Sáhara. El segundo era no menos temible: las adversidad de una naturaleza salvaje que oponía infinidad de obstáculos a todo intento de adaptación y dominación por parte del hombre blanco y que terminaba enfermándole y matándole. Los europeos ( portugueses, ingleses y holandeses) preferían establecer sus asentamientos en las zonas costeras o en las islas, más que nada como meros emplazamientos comerciales; pero hasta la segunda mitad del S.XIX no se producirá la plena incursión europea en el interior de África. Hasta entonces, las localizaciones europeas eran puntos de comercio para la trata de esclavos. Ya que el hombre blanco moría sin poder explotar las tierras africanas, al menos podía convertir a otros semejantes en mercancías exportables y explotables.
Pero con el progreso tecno-científico que estuvo unido a la gran revolución industrial decimonónica, muchas cosas cambiaron. Ciencia y técnica, contra todos los optimismos iluministas, se convirtieron en instrumentos impulsores de la expansión no sólo de la industria y del comercio, sino del poderío occidental y la completa colonización del continente africano. El hombre blanco pudo triunfar sobre la naturaleza, sometiéndola a sus intereses de dominación, de apropiación y explotación de la naturaleza y de lo humano. La ciencia permitía no sólo reducir la fiereza y hostilidad del medio natural, sino también ayudaba a mitigar los efectos debilitantes o malsanos que podían tener los climas o las enfermedades endémicas del continente. Así, África llegó a ser el último bastión del colonialismo, a la vez que una tierra en la que los débiles ( los recién llegados y no bien acondicionados todavía a la dureza del entorno natural) podían servirse de los mejor adaptados ( los nativos) utilizándolos como recursos explotables para arrancar sus riquezas a la tierra.
Dicho esto, creo que el último puesto que tiene África en el orden de intereses del mundo occidental puede tener algo que ver con lo anterior - Y,por supuesto, con otras variables y circunstancias históricas ...

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