Mi muro y opiniones de autoridades

Mostrando entradas con la etiqueta ser. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ser. Mostrar todas las entradas

sábado

MÍRATE AL ESPEJO Y VERÁS CÓMO TE INVENTAS: LA SOSPECHA Y EL RACIONALISMO CARTESIANO

Podría comenzar la clase con una bonita fotografía de alguien que se mira en un espejo. Preguntaría entonces por qué motivos podría alguien mirarse al espejo antes de salir de casa. Los alumnos podrán decirme, cada uno a su manera, que para salir con amigos o amigas, para una fiesta, para una despedida de fin de curso o etapa, para cualquier otro evento o celebración socialmente importante o, simplemente, para sentirse bien consigo.

Pero el siguiente paso puede dejarles por un momento atónitos o hacerles balancearse en el columpio de no saber qué decir si les pregunto la razón por la que hay personas que se miran al espejo cuando salen al encuentro de otros para hacer cosas tan diversas como las que ellos han dicho.

Esperaré sus respuestas, sean las que fueren, para colegir una tentativa de síntesis, concluyendo en definitiva que nos importa el aspecto que proyectamos hacia fuera y que queremos dar a los demás la imagen más cuidada y atractiva de nosotros mismos. Voy al espejo para comprobar o acercarme al prototipo ideal que desearía ser o como desearía ser visto por los otros.

Llegados a este punto, yo les sugeriría un experimento mental: Imaginad que al veros reflejados en un espejo fuese Descartes quien estuviese a vuestro lado. Tratad de recordar el primer paso metódico, no menos valiente que precavido que él proponía para emprender la búsqueda de la verdad, ¿ qué os podría preguntar si vosotros le decís que la imagen de lo que veis sois vosotros mismos o que los espejos son cristales con la propiedad de poder reflejar imágenes o que los rayos de luz son causa de esos reflejos en ellos?. Y si los alumnos no saben qué decir ante esto, también podríamos preguntarles qué actitud recomienda Descartes tomar para evitar dar por sentado cosas que la gente comunmente toma como obvias cuando se mira en un espejo o cuando juzga aspectos de cualquier otra cosa . Y si aún así no recordasen lo que responder, podríamos sugerirles la respuesta, por ejemplo, preguntándoles por qué debería dudar una persona que de por sentado que es ella misma a quién está viendo reflejada en un espejo. Sea cual sea la estrategia, se trata de inducirles la respuesta: Alguien como Descartes nos llevaría a dudar de las certezas de lo que vemos. Y probablemente habrá algún alumno que recuerde que algunas razones muy cartesianas podrían ser que estemos soñando o que podamos fingir que un poderoso ser engañador nos indujese a confundir lo verdadero con lo falso.

En este punto podría pedirles que recuerden el objetivo por el que Descartes se propone dudar, cuál es la verdad, qué cosa es aquélla de cuya realidad sealcanza plena certeza en el camnio de haber ido desechando como si fuese falso todo aquello de lo que podamos dudar. La duda se supera con el descubrimiento del "Yo pienso", es decir, del sujeto pensante de cuya existencia  - y no sólo de su mera existencia sino también de su consistencia esencial -  cabe un conocimiento verdadero inmediato e indudable. Obviamente hablemos con un lenguaje llano y con esa cortesía filosófica de quien quiere hacerse fácil de entender por el buen sentido del que todo joven es capaz.

Vuelvo sobre ese momento de mirarse al espejo. Y pregunto de nuevo: ¿ Qué vemos?. Obviamente nuestra imagen. Pero Descartes sería más sofisticado, como enseñó a serlo a los pensadores modernos. Y él quizás preguntaría:  de lo que vemos en ese espejo ,¿ qué está dentro de nosotros?, ¿ qué hay en nosotros de todas las cosas que percibimos?.  Las imágenes del espejo, en nosotros, serían ideas. De las cosas en las que yo pienso sólo puedo con certeza afirmar que son ideas mías, no cosas independientes de mí, salvo que su realidad sea demostrada.

Nuevo ejercicio de reminiscencia será que los alumnos recuerden las características por las que unas concepciones o ideas se presentan como evidentemente verdaderas o reales. Con alumnos participativos cabe esperar distintas opciones de respuesta, unas congruentes con Descartes y otras no tanto. Esperemos y animemos para que algún alumno o alumna nos proponga las ideas innatas y tratemos de conseguir que haya alguien que recuerde el criterio de verdad de las ideas claras y distintas. Que nunca puede ser falso lo que yo conciba clara y distintamente como verdad. Además, dirá Descartes, yo sé que mis pensamientos claros y distintos no pueden ser un sueño porque proceden de ideas que tienen en el mismísimo Dios su propia causa  pues han de estar en Él mismo , y por ello se dice que son ideas innatas

Y entonces ya podremos extraer como conclusión que para el racionalismo la vía del conocimiento de toda verdad la abre la razón y que, siendo ésta lo que define al sujeto que piensa ideas, el único ámbito en el que la verdad se revela o manifiesta como evidentemente verdadera o indudable es en la conciencia del sujeto. Éste no podrá equivocarse nunca si emplea la lógica de la razón. Y, entre otras cosas, esa lógica racionalista lleva a Descartes a decir que es el alma como entendimiento, como "res cogitans", lo esencial subyacente del ser del yo y que todo lo demás, excepto las cualidades del alma humana y Dios, son como mecanismos materiales.

Pero ahora vamos a buscar una atrevida réplica a las impertinencias de un observador cartesiano. Yo me miro al espejo y quiero buscar en él eso que la madrastra de Blancanieves quería confirmar, aunque no necesariamente tengo que desear el refrendo de que mi belleza sobresalga por encima de la de los demás. Sócrates pudo sentirse feliz viéndose como una conciencia ética al escuchar su monólogo - solapado por la mayéutica- con su daimon; Platón creyó ver en ese espejo la bella y noble imagen de un alma con afinidad a las Ideas; Descartes veía una res cogitans como substrato de todo acto cognoscitivo y como fuente de primera y absoluta certeza. En definitiva, algo con persistencia, permanencia, inmortalidad, perfección...Cuando me miro busco en el reflejo , ni más ni menos, que la plena transparencia de mis deseos, de lo ideal y perfecto que yo quiero ser. Busco la idea que mi fantasía me hace desear por causas que yo mismo desconozco por no darme cuenta de ellas y quedar, por tanto, fuera de mi control.  Nietztzche llamará a eso la voluntad de poder y nos descubre con ello el fondo instintual insondable de un campo de pulsiones o energías ciegas que accionan y reaccionan en eso que nuestra conciencia va a representar o interpretar como realidad y que lleva a la idea especular de un yo como substrato que subyace al accionar y reaccionar ante las pulsiones y fuerzas que colisionan entre sí en ese medio que es mi cuerpo y que es un complejo de fuerzas en dialéctica relación con otros campos de fuerzas. En el espejo veo lo que me gustaría ver como distinto del cuerpo que soy, un alma.

 Marx develará el trasfondo socioeconómico que determinará las formas ideológicas de conciencia: somos lo que somos y pensamos y actuamos como lo hacemos por la posición que ocupamos dentro de las estructuras creadas por las relaciones sociales de producción dentro de un determinado modo de producción en el que las relaciones de propiedad jurídicamente protegidas  producirán ideas y superestructuras para legitimar o la explotación o bien la lucha de clases sociales. En el espejo uno se ve en función de las posesiones que tenga que conservar y acumular.

 Freud, a su manera, tratará de poner al desnudo el trasfondo inconsciente y pulsional del que las representaciones conscientes son vasallas y no cumplen otra función que enmascarar o sublimar el deseo para la autorregulación y supervivencia del individuo en su relación con los imperativos de la realidad, es decir, con la cruel naturaleza y con los demás seres humanos. En el espejo uno se ve como un yo capaz de regular los instintos que buscan satisfacción o placer inmediatos y que le influyen inconscientemente desde las vivencias  no verbalizadas pasadas cuya represión le impone la realidad.

 Los tres autores mencionados coincidirían en dar un paso más allá de la duda cartesiana, pues si ésta podría parecer un ejercicio artificioso para afirmar al sujeto como la cima desde donde se convierte en visible, cognoscible, evidenciable toda verdadera realidad, sin embargo, ellos dudan de este mismo sujeto, de su actividad, mostrando cómo sus representaciones encubren y transfiguran la compleja realidad, haciendo pasar por "verdadero" lo que sólo es pura apariencia, mera apariencia o reflejo especular en ese espejo que son el pensamiento, el lenguaje, las ideologías y las instituciones sociales . Por razones como éstas Marx, Nietzsche y Freud fueron incluídos por Ricoeur como "maestros de la sospecha"

Y si la capacidad de fantasear es infinita y es por la fantasía por la que el deseo puede convertirse en creador de valores, entonces habrá al menos un punto en que Platón y los tres maestros de la sospecha convergen, pues ya el mito platónico de la caverna nos enseñó que la confusión de los prisioneros se debía al hecho de que causas que estaban fuera de su campo de conciencia o visión  determinaban sus fantasías que, a su vez, determinaban sus deseos y pensamientos, de modo que vivían confundidos, pues interpretaban como ser lo aparente Platón también vislumbró la fuerza de lo irracional inconsciente. Pero la diferencia es que Platón enfatizaba que los seres humanos tendemos a creer verdad lo que es contrario a  la razón y lo sensible nos hace imaginar, sin darnos cuenta que no se trataba sino de ideas o interpretaciones inadecuadas de la realidad.


martes

Pero ¿ es posible la metafísica?



La posibilidad de la metafísica




La metafísica es la ciencia del ser en cuanto ser y de los primeros principios y las últimas causas del ser. Es el saber racional que se plantea las cuestiones más radicales sobre el conjunto de la realidad de nuestra experiencia.


Se ocupa de los problemas de Dios, el alma y el mundo como totalidad. Esta era la visión de I.Kant, para quien la metafísica se dividía en tres disciplinas especiales: la teología racional ( Dios), la psicología racional ( el alma) y la cosmología racional ( el mundo). Pero Kant pensaba que en ninguno de estos campos cabe un conocimiento objetivo, científico porque ni de Dios ni del alma ni del mundo cabe una experiencia . Muchos filósofos se apuntaron después a la misma postura de Kant..


No obstante, Kant olvidó una cuestión fundamental. Kant no dedicó tiempo a pensar la viejísima cuestión griega: ¿ qué es el ser?.


La pregunta por el ser es la primera y más importante cuestión metafísica. Responder a esto corresponde a un saber racional separado de las ciencias particulares o de las experimentales.


Pero la metafísica no es ajena a la experiencia humana, pues es el punto de partida para responder a la pregunta sobre el ser . Aunque la metafísica va más allá de la experiencia humana, porque busca los fundamentos últimos del conjunto de la realidad y, por tanto, de la experiencia humana en el mundo.


Todas las preguntas metafísicas parten de reflexionar sobre la experiencia, aunque llevan más allá de las cuestiones que pueden ser planteadas y resueltas por los métodos particulares de las ciencias.


Os lo voy a demostrar de la siguiente manera.


No podemos distinguir si no es diferenciando entre cosas que comparten algo en común.


Por tanto, todas las diferentes ciencias tienen que compartir algo.Las ciencias particulares se distinguen por acotar una parcela de la realidad y abordarla desde una perspectiva particular con ayuda de una metodología particular. Cada ciencia circunscribe su objeto de estudio haciendo abstracción y dejando fuera todo lo demás que exista o pueda existir. Así, el biólogo estudia algo material, pero no todo lo material, sino sólo aquellos seres vivientes en relación con su medio. El conocimiento científico concreta nuestro conocimiento de parcelas distinguibles dentro del conjunto de la realidad.


Pero ¿ qué sabemos sobre el conjunto de la realidad que nos permite darnos cuenta del fondo común dentro del cual pueden las ciencias particulares acotar sus diferentes objetos de estudio?. ¿ Tenemos alguna experiencia precientífica de la unidad de todo lo real, a partir de la cual podamos ir acotando unas parcelas de realidades de otras? ( Recordad: podemos distinguir entre cosas que no sean completamente diversas o irrelacionables).


Pues sí: el ser es lo primero que capta el entendimiento en toda experiencia. Que hay ser es lo primero que capta la razón y esto posibilita que vayamos aprendiendo de la experiencia a reconocer los distintos tipos de entes que hay y las relaciones que se dan entre ellos.


Así que no todo en la realidad entra dentro del campo explicativo de las ciencias particulares, pues el fundamento más universal y radical de diferenciación entre los campos de cada ciencia es el ser. Y el ser, que unifica en su diversidad a todas las cosas dentro de la realidad, queda fuera de la consideración de las ciencias particulares. Es preciso que de ello se ocupe otra ciencia más general: la metafísica.

lunes

¿ Qué significa "ser"?




1. El significado analógico del ser: Ser se dice en muchos sentidos pero por relación a un sentido principalmente.



Conviene distinguir entre estas tres clases de términos: equívocos, unívocos y análogos.



Así, " gato" cuando se predica de la naturaleza común que tienen esos animalitos, se trata de un término que se toma con un significado unívoco. Pero cuando se dice en sentidos diversos del animal y de la herramienta, el término es equívoco. " Sano" es un término análogo, pues se puede predicar de cosas tan variadas como las personas, los medicamentos, los alimentos, los lugares, el aire, etc.; en sentidos distintos, pero por la relación que guardan con algo de lo que se dice " sano" con más propiedad: el organismo vivo.



Pero tengo que matizar algo en relación con el ser. Sí, los seres son múltiples y diferentes, pero no todos son sustancias. Por ejemplo, un ejército, un planeta,una roca de granito, un libro, son " entes" ( algo que es), pero no sustancias: en todo caso pueden ser agregados o mezclas de sustancias. Un hombre es una sustancia,por ejemplo, pero su conocimiento, su color, su edad, su estatura, su relación familiar, el lugar en que se encuentra, su situación, etc, estos aspectos no son sustancias.







Según Aristóteles el " ser" se dice análogamente de todas las cosas en un sentido en parte diferente ( pues cada cosa es un modo determinado de ser) y en parte idéntico ( porque todos los modos de ser hacen referencia a alguna sustancia que es lo que es "ser" con más propiedad)



También se puede explicar la analogía del ser de otra manera: el ser es análogo porque los seres son múltiples y diferentes, pero entre ellos hay una relación de semejanza, porque todos son " ALGO DETERMINADO QUE ES". Todo ente ( sea una sustancia, una cualidad, una relación, etc.) es una esencia a la que le compete ser. Por tanto, todas las cosas son "entes" : algo determinado dotado de existencia.



Hemos dicho: todas las cosas son " esencias a las que compete ser"; pero no de idéntica manera: las sustancias son entes a los que compete ser en sí mismos, es decir, son subsistentes y existen como substrato de los accidentes. Los accidentes ( como las cualidades, la cantidad, las relaciones, las acciones y pasiones, el lugar, el tiempo, la situación, etc.) son entes a los que compete ser en otro, es decir, son propiedades que sólo existen como características de las sustancias. En efecto, no existe la blancura en sí misma, ni el fútbol en sí mismo, ni el matrimonio en sí mismo, sino que existen cosas que son blancas, personas que practican un deporte o personas que mantienen una relación




2. La distinción entre el ente real y el ente de razón:


Voy a tratar de partir de un análisis de la idea de posibilidad para diferenciar entre algo real y algo posible ( por ejemplo, una moneda imaginaria ). Me voy a basar en reflexiones de Alejandro Sanvisens ( el autor de “Pero, ¿ quién creó a Dios?"). Podríamos intentar definir lo que es un caramelo posible ( en este punto da lo mismo hablar de "caramelos" que de "monedas") exactamente igual (menos en la existencia) a otro caramelo real. Las definiciones de uno y otro en nada se diferenciarían, podríamos utilizar las mismas palabras para hablar de uno y de otro. Y dice este autor:” Hay aquí una clara contradicción: por una parte decimos que los dos caramelos son idénticos, y por otra decimos que no lo son, ya que preferimos uno al otro. Algo falla en las definiciones ya que utilizamos las mismas palabras para definir por una parte a un ser real y por otra a un ser posible, pero inexistente. Las definiciones están mal porque no llegan a lo más profundo de los seres, donde se encuentran sus últimas relaciones con los otros seres. Si las definiciones fueran tan completas y complejas que llegaran hasta el final, entonces se vería con toda claridad la contradicción a la que me refiero, y la única salida lógica a este dilema es la que admite que el caramelo real tiene una relación con alguien o con algo, que el caramelo posible no tiene. Se trata de la relación de causalidad. Un caramelo ha sido confeccionado por alguien y el otro no. Uno tiene una razón de ser ( ha sido confeccionado), el otro no la tiene. Las consideraciones anteriores nos llevan a la siguiente conclusión: los caramelos posibles, para llegar a ser reales, deben ser dotados de una razón de ser ( deben ser confeccionados), de lo contrario deberíamos tolerar que fuésemos recompensados con caramelos posibles en lugar de con caramelos reales, ya que nuestra filosofía no hallaría ninguna diferencia entre unos y otros”.



De acuerdo con estas reflexiones podemos concluir lo siguiente:


“Los seres posibles, sin una razón de ser, no existen en ninguna parte, ni siquiera en una mente. Todo ser real tiene una razón de ser, razón que no tienen los puramente posibles. Hay,además, toda una trama de relaciones entre los seres reales, que coincide con la trama de causalidades. Los seres posibles son ajenos a esa trama”.


Todo lo real es posible. Lo único imposible es lo que entraña contradicción lógica, por ejemplo que un objeto caiga hacia arriba. Pero no todo lo posible es efectivamente real: una utopía, o un personaje de cuento, o un concepto abstracto..., son cosas cuya consistencia depende sólo de nuestro pensamiento. Que alguien piense en esas cosas es esencial para que sean algo. En cambio, que pensemos en la Luna, por ejemplo, es algo sólo accidental o accesorio, puesto que la Luna tiene una realidad exterior o independiente de nuestro pensamiento.



La ontología trata de lo que significa "ente" o " ser". Discuten los ontólogos si " ente" y " ser" son o no lo mismo. Nosotros no vamos a meternos en estas honduras, sino que vamos a partir del siguiente presupuesto: cuando hablamos de un ente lo que entendemos generalmente es algo determinado que es. Por ejemplo, un libro, un hombre, un animal, un color, etc, son ejemplos de cosas determinadas que tienen alguna consistencia o ser. Son entes.



Los metafísicos suelen distinguir dos clases de entes o seres: los entes reales y los entes de razón. Tu libro de texto es una cosa con la que te encuentras todos los días y, por tanto, es un tipo de ente real; D. Quijote es un personaje de ficción inventado por Cervantes y con el que nos encontramos en la lectura de una novela. No es real, pero no podemos decir que no sea nada: pero ¿ qué es?. ¿ Qué es una raiz cuadrada?. ¿ Qué es el teorema de Pitágoras?


Para aclarar la diferencia existente entre una persona real y un personaje de ficción, los metafísicos suelen distinguir entre los entes de razón y los entes reales.




3. La composición de esencia y ser en el ente:


Conviene distinguir entre la esencia y el acto de ser ( la existencia) dentro de cada ente real. Porque siempre decimos de una cosa ( de una sustancia o de cualquier accidente de la sustancia) que es "ente" significando que se trata de " una esencia que es".


Decía Sto. Tomás: " Es evidente que la existencia es algo distinto de la esencia,...(excepto en Aquél Ser) cuya esencia sea su propia existencia ... Aquella realidad que sea su propia existencia ( Dios) tiene que ser única; de aquí se infiere que en cualquier otra cosa, su existencia es algo distinto de su esencia o naturaleza" ( De ente et essentia, c.5) .


Santo Tomás se refiere aquí a todas las cosas que no son Dios mismo, es decir, todas las cosas que son contingentes y, por tanto, causadas. Y dice que en ellas se distingue realmente la esencia de la existencia. ¿ Por qué?. Pues da esta razón: " Toda esencia puede ser concebida sin que sea necesario captarla realizada en acto: se puede, en efecto, entender lo que es el hombre o el fénix e ignorar si tienen existencia real".



4. Los modos más generales de ser: Las categorías



Aristóteles habló de las categorías cuando estaba tratando la pregunta: ¿ qué es ser?. Tras exponer que el ser se dice análogamente de muchos " modos de ser" pero por relación a un " modo de ser" que lo es principalmente, la sustancia, Aristóteles trató de clasificar todos los posibles "modos de ser". Y a ellos les llamó " categorías".



A todas las preguntas posibles que nos podemos hacer sobre las cosas se responde adecuadamente mediante diferentes tipos de términos o predicados. Ejemplos: consideremos algún tipo de sujeto u objeto particular.



La pregunta " ¿qué es ?" pide responder con algún tipo de término que defina qué sustancia es: un hombre, un animal...


La pregunta " ¿ qué cualidades tiene? pide responder con predicados de cualidad: es pálido, inteligente...


La pregunta " ¿ cómo es de grande?" pide predicados de cantidad: es alto, voluminoso, etc


La pregunta " ¿ dónde está?" pide predicados de lugar: está en Córdoba, en su casa, etc.


Y, para resumir, las preguntas " ¿ qué hace?, ¿ qué le pasa?, ¿ cuánto tiempo hace de eso?, ¿ cuál es su relación?, ¿ cómo está ?, son preguntas que piden, respectivamente, predicados de acción, pasión, tiempo, relación, posición.



Las categorías son, pues, las maneras más generales de clasificar las clases de cosas existentes y, al mismo tiempo, de clasificar las clases de predicados con las que pensamos y hablamos de todas las cosas. Son los géneros supremos del ser y del pensar.



Géneros supremos del pensamiento: pues son las distintas clases de predicados con los que hablamos y concebimos las cosas.



Géneros supremos del ser: pues son las distintas clases de cosas existentes


Aristóteles pensaba que el aspecto 1 era una consecuencia del aspecto 2, es decir, que la clasificación de los predicados es un mero reflejo en la lengua de la clasificación real de las cosas. Todo el que piense igual que Aristóteles es un realista.


Mucho tiempo después, en el siglo XVIII, Kant hará un " giro copernicano" en la filosofía con el que se pasará del realismo al idealismo. Para Kant las categorías son los conceptos más generales y vacíos de la razón para clasificar, relacionar y comprender los datos de la experiencia sensible. Las distintas clases de objetos de la experiencia no son más que el reflejo de la manera como el sujeto está programado para percibir y pensar los datos sensoriales. Por ejemplo, cuando tenemos repetida experiencia de una sucesión de fenómenos, " la programación" que trae nuestra mente nos impone pensar en la categoría de relación causal.