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domingo

El peligro de instrumentalización ideológica del conocimiento científico y técnico

Recordaré algo de lo que ya comenté en relación con Hannah Arendt:  " La banalidad consiste en convertir al ser humano en algo superfluo, es decir, como mero engranaje de una maquinaria impersonal; y ello es consecuencia no de un déficit de conocimientos (  necesarios para explicar las cosas o resolver problemas técnicos), sino de un déficit de pensamiento y compasión (necesarios tanto para comprender el sentido del mundo y de la vida humana como para resolver conflictos morales). Según Arendt , es la incapacidad de pensar y de tener un diálogo interior lo que hace a los seres humanos capaces de las mayores barbaries..."

En este punto encontramos una coincidencia entre el pensamiento de Arendt y una de las líneas programáticas de la teoría crítica presentada en la obra conjunta de Horkheimer y Adorno, "Dialéctica de la Ilustración", así como en otros miembros de la Escuela de Frankfurt, como Marcuse ( "El hombre unidimensional") y Habermas ( "Ciencia y técnica como ideología").

"Dialéctica de la Ilustración" era una obra publicada al poco de terminar la II Guerra Mundial, todavía con la vívida memoria de las tragedias provocadas por la propagación de las ideologías totalitarias,  como el holocausto y los campos de concentración, la aplicación de toda una ingenieria de destrucción masiva de vidas y desechos de cuerpos humanos, a escala industrial y bajo una calculada planificación técnica y burocrática.

Estos filósofos se planteaban allí una pregunta:  ¿ cómo fue posible que, contra la esperanza ilustrada de un progreso indefinido de la humanidad gracias al desarrollo de la racionalidad, en el siglo que había alcanzado un grado más alto de desarrollo científico-técnico, el hombre se haya convertido en un medio de explotación para otros hombres? ¿ Cómo es posible que tal cosificación e instrumentalización de lo humano haya podido suceder hasta el punto de hacer posible que en el S.XX se pudiesen dar las formas más feroces e irracionales de barbarie y deshumanización ? .

Horkheimer y Adorno verán la época contemporánea como un tiempo de creciente deshumanización y barbarie, consecuencia del predominio global de una determinada forma de racionalidad: la racionalidad técnica (Horkheimer) o razón identificante ( Adorno). Ellos sostendrán la tesis de que la identificación de la ciencia y la tecnología como el único modelo de referencia de la racionalidad ( con la consiguiente desvalorización social de los saberes "inútiles" como la filosofía) fue lo que convirtió a la ciencia y la técnica en instrumentos ideológicos al servicio de estructuras sociales, políticas y económicas de dominación del hombre por el hombre. Lo que, con la Ilustración, parecía que sería una fuerza de progreso,  liberadora del ser humano frente a toda forma de opresión y esclavitud, terminó convirtiéndose a partir del S.XX en un instrumento de ingeniería social y de explotación  del hombre por el hombre; pero también de terror en manos de totalitarismos y radicalismos irracionales. "Los sueños de la razón crean monstruos", podríamos decir.

Cualquiera puede sentir que falta un paso lógico para entender esta dialéctica que transforma la fuerza progresiva de la razón en instrumento ideológico de control y dominio dentro de las sociedades modernas . Ese paso tiene que ver con la propensión contemporánea al utilitarismo social, a buscar la más acomodada y beneficiosa adaptación de los individuos a las estructuras y los valores establecidos del medio social. Y un individuo que aprende a adaptarse a los valores establecidos es un individuo fácil de convertir en un "sujeto sujetado", ideológicamente influenciable, dócil, pasivo, manejable. Este tipo de mentalidad instrumentalista buscaría en la ciencia dos cosas sumamente apreciables:

  • en primer lugar, lógicamente, su gran utilidad para aumentar el poder y el control sobre el conjunto de la sociedad de masas; 
  • en segundo lugar, la supuesta "objetividad" del conocimiento científico, es decir, su neutralidad valorativa. La ciencia trata de explicar objetivamente cómo son las cosas, sin entrar en valoraciones subjetivas sobre lo que deberían ser. Se le exige al científico atenerse escrupulosamente a los hechos, a lo que hay. Pero he aquí el problema, un grave problema que - desde el punto de vista de la teoría crítica de la sociedad- revela el falseamiento ideológico del mito de la neutralidad axiológica del conocimiento científico-técnico: el hombre es el creador de las estructuras sociales y, por tanto, cada generación tiene su pequeña porción de responsabilidad en relación con lo que decida mantener y cambiar del mundo que ha heredado. Limitar el pensamiento racional a la realidad (social) dada encubre un implícito juicio de valor: la aceptación de un determinado tipo de sociedad como producto resultante de inexorables leyes científicas o históricas . En consecuencia, unas ciencias sociales que se limiten a explicar cómo funciona la sociedad existente o cómo se comportan los grupos sociales, serán instrumentos al servicio de la autoconservación o reproducción del sistema social existente "de facto".
Por eso, en una sociedad de masas en la que triunfe un tipo de racionalidad que tienda a acomodarse a todo, a "lo dado", será posible utilizar la racionalidad técnica como instrumento metódico, calculado y calculante para el logro de unos fines "dados".

Estos fines pueden identificarse con los intereses de un modelo social, o con los intereses de las ideologías de clase o los totalitarismos. Por ejemplo, el interés puede ser uniformar a la sociedad de masas para crear en los consumidores los deseos y necesidades que son motores para mantener en funcionamiento a las sociedades superindustriales; para ello se hace también preciso desarrollar nuevas tecnologías de comunicación de masas, capaces de igualar aislando a las personas. Así, por ejemplo, el mundo de la cultura se convierte en una industria en las sociedades tecnológicamente avanzadas. Ver vídeo:



La cuestión es que , en las sociedades tecnológicas, los valores y fines de la acción social quedan fuera de toda posible discusión racional, puesto que, bajo el positivismo dominante, la razón humana puede calcular los medios para unos fines, pero no puede darse a sí misma fines ni valores. Desde el discurso científico sobre los hechos no hay "razones objetivas" que justifiquen la elección de los fines de la acción social o política; la dirección y aplicaciones de las investigaciones científico-técnicas vendrán determinadas por agentes externos  ( del ámbito político, económico-financieros, por ejemplo), con poder de coaccionar o de persuadir  , pero nunca a través de una legitimación racional basada en valores universales; sobre todo, porque las sociedades modernas prescinden de la tradición y también de la racionalidad filosófica como fuentes de legitimación) .

Y en una sociedad donde las decisiones importantes recaen sobre las estrategias para el logro de objetivos "dados (sin discusión racional ) , lo que sirve es un aparato de burócratas y técnicos, expertos, disciplinados y calculadores para planificar y coordinar los medios más eficaces para los objetivos marcados desde el poder. De esta manera, los saberes técnicos terminan identificándose con los intereses que van a  manifestarse en todos los campos de la sociedad:

  • en el campo económico, con el desarrollo del capitalismo industrial y financiero, mediante la expansión de los mercados, la sobreexplotación de recursos, la producción y consumo;
  • en el campo político, con el aumento del intervencionismo político-administrativo y ( sirviéndonos de un concepto utilizado más tarde por Habermas), la tecnificación de la política, etc.
  • en el campo social, con la creación de una sociedad de masa, supertecnificada, de consumo . En definitiva, de "sujetos sujetados" como consecuencia de que, pese al desarrollo de las comunicaciones, cada vez están más aislados y reducidos a meros "receptores" de las interacciones sociales ( por ejemplo, a través de los medios de comunicación de masas que entran en el hogar )
Bajo el predominio de las ideologías ( economicismo capitalista, comunismo, fascismo, etc.) el hombre termina siendo un medio o recurso explotable para el hombre. Y la razón técnica sería un instrumento eficaz para la realización de un programa alienante de control y dominación. 

En este video se nos presenta el pensamiento contenido en la obra referida :




Y aquí podéis ver un artículo muy reciente sobre un caso de utilización ideológica de la investigación científica en el campo de la genética:

HABERMAS: LA SOCIEDAD TECNOLÓGICAMENTE AVANZADA Y SUS PROBLEMAS.

Jürgen Habermas  ( 1929-     ) es un filósofo alemán perteneciente a la Escuela de Frankfurt. Es quizás el filósofo vivo de mayor prestigio actualmente; como curiosidad, diremos, las autoridades europeas eligieron a Habermas para recoger el premio Nobel de la Paz otorgado hace pocos años a la U.E. Sin embargo, en el verano de 2012 publicó un artículo muy crítico sobre los problemas que amenazaban al proyecto de unión europea en estos tiempos de crisis.

Es interesante seguir sus análisis críticos sobre el desarrollo de la sociedad tecnológica avanzada surgida después de la II Gerra Mundial. Particularmente, creo, tiene gran interés su teoría de las cuatro formas de crisis que pueden crear problemas en este modelo de sociedad. 

Para acercarnos a su figura, podemos ver este audiovisual:



Enrique M. Ureña ( jesuita español fallecido este verano) fue uno de los mayores especialistas en la teoría crítica de la sociedad en nuestro país. Publicó un libro titulado " La teoría crítica de la sociedad de Habermas" ( Tecnos). Otro profesor universitario y Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Patricio Lepe Carrión, publicó en 2009 un libro divulgativo dirigido tanto a alumnos como profesores, en el que sintetiza el contenido de la obra de Ureña. Se trata de un pequeño manual de descarga libre y gratuita, que se puede encontrar en esta dirección:

http://www.bubok.es/libros/12642/la-teoria-critica-de-la-sociedad-de-habermas-de-enrique-urena-sintesis-interpretativa

Lepe Carrión también ha subido este material y puede encontrarse en este enlace:
http://www.filosofia.net/materiales/resenas/r_4.html

Selecciono aquí algunos fragmentos interesantes para reflexionar tomados de esta obra divulgativa:

  • Los intereses del conocimiento: interés emancipativo y filosofía

"El interés Técnico y el interés Práctico

"Habermas, llama intereses, a las orientaciones básicas de las dos dimensiones antes mencionadas : técnica y social; o , si se prefiere, las dimensiones del trabajo y la interacción.

"Para la primera, la dimensión técnica, o de relación entre Hombre y Naturaleza, adjudica el interés técnico, orientado justamente al dominio de la naturaleza externa, en su relación con las cosas y sucesos, de una manera instrumentalista, por una experiencia sensorial, y expresado siempre en un lenguaje fisicalista (de medida, peso, etc.).

"Y para la segunda dimensión, la social, de interacción, o de relación entre Hombre-Hombre, le correspondería un Interés práctico, orientado al entendimiento de la sociedad en sus relaciones mutuas; y por ello, es de una acción netamente comunicativa y dirigida hacia las personas y sus expresiones (sistemas sociales). Su categoría lingüística es de tipo intencional, es decir, bajo conceptos de moral, libertad, justicia, etc.

"Para explicar esto, Ureña recurre a una ejemplo sencillo, aunque como él mismo dice: “rudimentario”, pero a mi juicio, bastante claro. Suponiendo que en un gran comedor existiera un muralla que lo dividiera en dos secciones; y en una de ellas se encuentran ingenieros y en la otra trabajadores; dice Ureña que, esa muralla no es un objeto de conocimiento “en sí”, sino sólo en relación a la actitud con la que me enfrento a la misma; por ser, si yo fuera un arquitecto y me enfrento a ese muro, lo veré con un interés (técnico), propio del área específica de conocimiento al que pertenezco, es decir, como un conjunto de materiales, de determinada calidad, inclinada, de tal grosor, etc. Pero si yo fuera un sociólogo, mi interés sería distinto (práctico), pues, vería la pared como un muro de división entre clases sociales que impide la comunicación o el diálogo entre ellos.

"Como vemos, esto echa por tierra, tanto el carácter objetivista del positivismo, en tanto no es el único criterio de cienticidad; y por otro lado, al supuesto conocimiento “desinteresado”, que según Habermas, era el que compartía el positivismo con la filosofía tradicional.

"Con esto, se rescata además, el papel sino protagonista, si fundamental, del sujeto cognoscente, menos como un sujeto idealista, que como un sujeto histórico-social; lo que, evidentemente, viene a ser el puente de unión entre una Teoría del Conocimiento y una Teoría de la Sociedad, pues, no es posible esta nueva forma de planteamiento, sino fundada en una reflexión del proceso de desarrollo histórico de la humanidad.

"El Interés Emancipativo: La Filosofía como Crítica

"Los intereses del conocimiento que ya hemos planteado anteriormente, vienen a orientar la producción y autoconstitución propia del ser humano. Es decir, que tanto el interés técnico, como el práctico, son los principios que guían los impulsos del género humano por autoconstituirse.

"Pero para ver cuál es la interrelación entre ambos intereses, hace falta un nuevo interés: el de emancipación, que viene a resolver esa disyuntiva.

"Éste interés está dado justamente en esa correspondencia que tiene con el proceso histórico de autoconstitución, concebida como un proceso de liberación de los poderes opresores que provienen tanto de la naturaleza externa, como de la perturbada naturaleza interna.

"Este interés emancipativo, es el fundamento de los otros intereses; no está por sobre ellos, sino más bien, debajo de los mismos, con tal de aunarlos en la Crítica. Porque el interés emancipativo, al igual que los otros intereses, se corresponde también con un tipo de Ciencias: las Ciencias Críticas; pero esta Crítica, es concebida como una autorreflexión nacida al interior de los intereses técnicos y prácticos; pues, de esta unión es que nace el verdadero carácter de la emancipación, ya que, aquí está la explicación o fundamento a la relación intrínseca entre Ciencia y Filosofía. Esto, porque justamente la Filosofía es entendida y validada sólo como Crítica; y en este sentido, recupera su lugar frente a las ciencias de la naturaleza que, van a necesitar de la filosofía para no estancarse como lo hizo con el positivismo al desconocer, o más bien, al olvidar cuál era el verdadero sentido de su conocimiento."

  • La evolución histórica de los modelos sociales: sociedad tradicional, sociedad moderna y sociedad capitalista avanzada
"Si en las sociedades tradicionales ( por ejemplo, la sociedad feudal o la del antiguo régimen) la acción comunicativa ( bajo la influencia de la tradición, la moral, las creencias religiosas) preponderaba por sobre los subsistemas de acción técnica ( las relaciones económicas y políticas, por ejemplo, la existencia de estamentos y relaciones de señorío-servidumbre) ; en las sociedades modernas ( por ejemplo, las surgidas a partir de la revolución francesa) sucede que la acción técnica ( por ejemplo, las reglas del mercado) traspasa el marco institucional justificando y legitimando así la estructura injusta de clases; pero en la sociedad capitalista avanzada ( tras la II Guerra Mundial), sucede que la acción técnica no sólo prepondera sobre la acción comunicativa, sino que tiende a eliminarla, tecnificando todo lo que esté a su alcance, incluso la política se tecnifica ( se profesionaliza , se convierte en un trabajo que requiere expertos técnicos en la toma de las decisiones que afectan a la sociedad; se desarrolla un complejo entramado administrativo-burocrático cada vez más alejado de la participación ciudadana), y los problemas morales ya no son tratados en debates públicos, sino que, como política tecnificada y legitimadora de los poderes opresores en la nueva sociedad superindustrializada, se preocupa de mostrase eficiente en su administración del progreso técnico y científico, haciendo creer a la gente que por medio de ellos pueden alcanzar un nivel más alto de vida, y que por tanto, una buena administración en estos asuntos (inversión monetaria técnica y científica), legitima su poder y opresión. Lo peor, es que la sociedad capitalista avanzada así lo cree ( es la sociedad del bienestar, en la que se da el fenómeno de la "despolitizacón de las masas", es decir, la sociedad civil  se va desinteresando de la política aunque tiende a esperar que los técnicos de la política pueden arreglar sus problemas. En las sociedades modernas se va hurtando a la ciudadanía el debate racional sobre esos problemas)"
  • La inevitable crisis por venir: La Sociedad Mundial Deshumanizada
"Habermas ...considera ...que no es bueno el que esta tecnificación traiga consigo la pérdida de la discusión racional de problemas morales, y no sea de este modo, el centro a través del cual se podría producir el inicio de una emancipación cultural de la sociedad misma."

  • Las crisis de la sociedad superindustrial avanzada:
"Hay cuatros tipos de crisis que Habermas deriva necesariamente de unas contradicciones en el sistema social (o en el modelo sistémico).

"Una crisis económica no cabe discutir acá por razones evidentes, pero valga decir que ésta ya la había hecho evidente Marx con su crítica a la economía política burguesa, cuando decía que las mismas contradicciones internas serían el punto neurálgico por el cual el sistema capitalista se derrumbaría; es decir, por la brecha entre abundancia y miseria, o entre la concurrencia de intereses opuestos, etc. Y por otro lado la crisis motivacional, que es propia del sistema normativo sociocultural de una sociedad que está al final de su proceso de identidad, en que los incentivos de un sistema político ya no motivan la lealtad de la masa, que no se siente interpelado por las orientaciones que el sistema social le propone; ha pasado, por tanto, a interpretar el sentido de su vida de una manera diferente; ya no se siente atraída por los placebos que la política le entrega con tal de obtener a cambio su lealtad (o legitimación); placebos que se traducen en aparatos eléctricos de última tecnología, un buen auto, un buen status social, etc., pero que ahora, no serían ya necesarios, porque el hombre habría comprendido al fin que, es más importante aliviar el sufrimiento humano, las diferencias sociales de clases, etc., y no dejarse engañar por alicientes pasajeros.

"Las crisis de racionalidad y de legitimación, y que nos interesan en este capítulo, nacen necesariamente de –como ya dijimos- contradicciones en una sociedad sistémica. Por un lado, tenemos que –y como ya vimos en el capítulo IV- en toda sociedad capitalista, liberal o avanzada, se requiere de una intervención del aparato estatal en los asuntos económicos; y cuando éste Estado que interviene es incapaz de resolver esa misión reguladora de la concurrencia económica (algo de por sí, imposible de regular hasta el punto de evitar una necesaria crisis), se produce una crisis de racionalidad, que es una crisis sistémica por la incapacidad del Estado en regular y estabilizar el sistema; lo que le trae, como consecuencia una pérdida de legitimación.

"Por otro lado, una crisis de legitimación, se produce cuando el Estado, interviene más allá de la esfera económica, y se compromete con la esfera sociocultural, en tanto que, hace suyas las responsabilidades que en un principio se regulaban de forma natural e incuestionablemente ajenas al ámbito político. Ejemplo de este tipo de intervención estatal, lo vemos en la institución familiar (en cuanto imposiciones, recomendaciones o permisiones de control natal), o en la institución educativa. Es así como estas instituciones, van exigiendo cada vez más, una fundamentación racional que ha de ser discutida como una cuestión pública, social, con tal de ser validadas y legitimadas por la mayoría de los miembros que componen el todo social. La contradicción está en que justamente esta pretensión del Estado por fundamentar racionalmente las instituciones socioculturales, viene a ser una fantasía, pues, los intereses normativos y morales, son casi contrarios y totalmente diferentes a los intereses del aparto político administrativo."