Mi muro y opiniones de autoridades

miércoles

Cantos compuestos y dedicados por los indios moxos a Carlos IV y a María Luisa de Borbón ( Bilingüe)

Sabido es que, durante los ss.XVII-XVIII,  los jesuitas realizaron una importante labor en su empeño de construir un modelo de sociedad más igualitaria inspirada en los valores evangélicos. Posiblemente consideraron que los territorios comprendidos entre la actual Bolivia, Paraguay y el norte argentino eran idóneos para sus proyectos, y allí fueron creando sus famosas reducciones guaraníes, donde se trataba de adaptar a una vida colectiva sedentaria a los grupos de pobladores originarios dispersos por las selvas para acondicionarlos a una vida comunal regida por principios colectivos e igualitarios contrastantes con los dominantes en el otro lado del Atlántico. Se trataba de hacer realidad una utopía social que resultaba imposible en una sociedad estamental en cuyo seno se desarrollaba una economía pre-capitalista que, desde sus primeros desarrollos, parecía destinada inevitablemente a crear colisiones y contradicciones sociales, políticas y económicas crecientes.

Aunque una de las finalidades constitutivas del programa desarrollado por las misiones guaraníes era la evangelizadora, sin embargo, entre otros objetivos perseguía garantizar a los indígenas la condición de súbditos libres de la corona, defendiéndolos de posibles "agravios" y vejámenes por parte de los recién llegados a aquéllas tierras. So pretexto de una ideológica interpretación religiosa del derecho a la gobernación y administración de los nuevos territorios, el derecho de la corona a reinar se sujetaba al deber de garantizar a los súbditos naturales de las nuevas tierras americanas un tratamiento justo, , no consintiendo ni dando lugar a "agravio alguno en sus personas e bienes". En los inicios del proceso de colonización europea de las Américas, el andaluz P.Fray Bartolomé de las Casas denunció los abusos de los españoles que contravenían precisamente las disposiciones de la última voluntad de la reina Isabel, la Católica. En su firme y valeroso empeño por convertirse en la voz de los oprimidos, luchó para que la corona tomase medidas y, de hecho, fue un impulsor de los debates de los escolásticos salmantinos que debatieron cuestiones sobre el derecho natural y de gentes ( véase, por ejemplo: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=820441  ).

Precisamente, para proteger a los indígenas americanos de los atropellos causados por los castellanos allegados a las tierras americanas, los jesuitas pusieron especial celo en vedar el acceso a sus misiones tanto a colonos como a funcionarios españoles. Así mismo, querían liberar al hombre ( en concreto, al indígena americano, de toda forma alienante de trabajo esclavo o forzado, protegiéndoles de los "bandeirantes" pagados por los portugueses, que se dedicaban a cazar personas para el comercio esclavista - algo que puede verse en la película "La Misión") Es probable que todo ello lo pudiesen justificar para dar efectivo cumplimiento a la voluntad testamentaria de Isabel I de Castilla; voluntad que fue como la expresa declaración de principios programáticos - tantas veces traicionados en la práctica - de la " colonización" ( paradójico concepto, pues durante el tiempo de los Austrias, los territorios americanos serían considerados como "reynos" y, por ende, con leyes propias; mientras que fue en el S.XVIII por la dinastía francesa, borbónica, por lo que los "reynos" devinieron "colonias", debido a una creciente centralización del poder político en la persona del monarca y la corte; algo que llevó a la supresión oficial de la diversidad político-jurídica incontestablemente existente entre los reinos de Castilla y de Aragón). He aquí la última voluntad de Isabel, la Católica, para con los pobladores americanos:

"Ytem. Por quanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas e tierra firme del mar Océano, descubiertas e por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro sexto de buena memoria, que nos fizo la dicha concession, de procurar inducir e traher los pueblos dellas e los convertir a nuestra Santa Fe católica, e enviar a las dichas islas e tierra firme del mar Océano prelados e religiosos e clérigos e otras personas doctas e temerosas de Dios, para instruir los vezinos e moradores dellas en la Fe católica, e les enseñar e doctrinar buenas costumbres e poner en ello la diligencia debida, según como más largamente en las Letras de la dicha concessión se contiene, por ende suplico al Rey, mi Señor, mui afectuosamente, e encargo e mando a la dicha Princesa mi hija e al dicho Príncipe su marido, que ansí lo hagan e cumplan, e que este sea su principal fin, e que en ello pongan mucha diligencia, e non consientan e den lugar que los indios vezinos e moradores en las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e justamente tratados. E si algún agravio han rescebido, lo remedien e provean, por manera que no se exceda en cosa alguna de lo que por las Letras Apostólicas de la dicha concessión nos es inyungido e mandado"

Las misiones permitieron una notable mejora de las condiciones materiales y espirituales de vida de los pueblos guaraníes. Les permitió alcanzar niveles técnicos y creativos impresionantes en ámbitos como el musical e instrumental. Gracias a las enseñanzas de maestros europeos como Martin Schmid y Zipoli, los indígenas pudieron aprender las técnicas de composición musical, así como alcanzar niveles de perfección elevadísimos en la producción de instrumentos musicales. De hecho, la ingente producción musical desarrollada dentro de las misiones está aún por descubrir en gran medida (al menos, creo ciertamente que aún no se ha llegado a honrar lo suficiente al nivel mundial el valor artístico y cultural de todo lo producido por las reducciones jesuitas). Por ejemplo, en 1972, el jesuita Hans Roth descubrió más de cinco mil partituras musicales en misiones guaraníes de Sta. Ana y S. Rafael, que actualmente se encuentran guardadas en Concepción.

Lamentablemente, en la segunda mitad del S.XVIII, bajo el reinado de Carlos III, con la expulsión de los jesuitas, se esfumó la utopía social creada por ellos en las Américas. Y se perdió gran parte de su legado cultural. Aunque los indígenas conservaron y transmitieron parte de los conocimientos adquiridos, como es buena muestra de ello estos cantos que, en honor de Carlos IV y su esposa, María Luisa de Borbón, los indios cachicanas de Moxos ( Bolivia) compuesieron. Buena parte de ellos, en lengua guaraní...



                                             






Todos recordamos la película "La Misión", con la contribución musical de Ennio Morricone. Pues, bien, creo que Zipoli pudo inspirarle. He aquí un bellísimo adagio de Zipoli, uno de los maestros jesuitas en las Reducciones:


Una ópera dedicada a S. Ignacio de Loyola, compuesta por Schmid, Zipoli, en probable colaboración con los indios chiquitanos:



Y una ópera dedicada a S. Francisco Xavier, de los indios de la Chiquitanía. Un auténtico drama musical amerindio, por el protagonismo de los pueblos nativos en su creación y ejecución. Es de justicia destacar el hecho de que en esta obra, en contraste con los espectáculos deslumbrantes del barroco colonial dispuestos como celebraciones y representaciones para la pasiva contemplación popular, a fin de provocar admiración y adhesión, los indígenas tuvieron un papel protagónico ( difícil de determinar, pero evidente por el hecho del estilo musical) desde el origen de su composición. En las Reducciones eran los individuos corrientes, de a pie, quienes al parecer tenían el protagonismo en el curso de la vida de la colectividad:




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