Mariano Artigas (1938-2006) fue sacerdote, Doctor en Física, Filosofía y Teología. Fue profesor de Filosofía de la Naturaleza y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Navarra. Afirmaba con contundencia que el diálogo y encuentro entre la fe cristiana y la ciencia actual pasa inexorablemente por un tipo de reflexión infravalorado hoy en día por muchos, no sólo científicos sino también creyentes: la filosofía. Esta ceguera de nuestro tiempo no podrá sino destruir los puentes entre la fe y la razón. Pincha aquí para saber más sobre su biografía.
Intentaré sintetizar uno de los aspectos a los que prestó gran interés: el hilemorfismo aristotélico.
Intentaré sintetizar uno de los aspectos a los que prestó gran interés: el hilemorfismo aristotélico.
- ¿ Es posible una filosofía de la naturaleza hoy en día
El punto de partida de Mariano Artigas es la afirmación, fuera de toda duda, de la respectiva autonomía de la filosofía de la naturaleza y de las ciencias físicas: ambas se distinguen realmente, pero sin excluirse. Mariano Artigas sigue la posición tradicional de la escolástica tomista en este punto:
- Las ciencias físicas se limitan a los aspectos fenoménicos del mundo natural, formulando leyes de carácter matemático sobre las conexiones invariantes que se dan en los fenómenos, con renuncia al conocimiento de las esencias subyacentes a los mismos.
- Sin embargo, la filosofía de la naturaleza trata de comprender el modo de ser subyacente a los fenómenos físicos. Como todos los escolásticos, parte de que los entes físicos son entes y no meros fenómenos físico-matemáticos. O, para que se entienda, que las cosas materiales no pueden reducirse a lo dado empíricamente, ni nuestro conocimiento de las mismas al conocimiento sensible. La filosofía trata de trascender el plano fenoménico dentro del cual las ciencias nos explican cómo son las cosas, para llegar al plano metafísico que trata de comprender las causas del ser de las cosas. La filosofía de la naturaleza es, pues, una parte de la metafísica que busca entender las causas y las características esenciales del ser físico o material.
La tradición aristotélica define la filosofía de la naturaleza como " ciencia del ente móvil en cuanto que móvil". Lo que con esta proposición se nos dice es que lo que se persigue aquí es un conocimiento limitado del ser de lo natural y de lo físico; es un estudio limitado a una dimiensión de su
ser: lo que hace posible el dinamismo característico de los seres materiales. Por eso se la define como ciencia
del ente móvil sólo en cuanto móvil.
- ¿ Cuáles son las características distintivas de las cosas materiales?
Uno de los problemas de los que tiene que ocuparse la filosofía de la naturaleza es evitar los equívocos a los que puede conducir el frecuente uso como sustantivo del concepto de "materia", porque puede llevar:
a) unas veces, a oponerlo erróneamente al concepto de "energía"( dando la impresión de que la energía no fuese algo material) , o bien, a identificarlo con el concepto de "masa";
b) y otras veces, a concebir la materia como una especie de substrato pasivo e inerte; una materia inerte carente de todo dinamismo e interioridad propios.
La filosofía de la naturaleza debe pensar el ser físico a partir de lo ofrecido por la experiencia sensible. Y lo que nos ofrece la experiencia sensible es que el mundo se compone de realidades concretas y particulares, objetos cuyo modo de ser se realiza siempre dentro de unas pautas cuantificables espacio-temporalmente. Por eso, podemos decir que algo es material si posee dimensiones materiales ( extensión y magnitud, duración y mutabilidad). Esto implica que no existen seres que consistan sólo en una colección de dimensiones materiales, porque esas dimensiones no tienen una existencia separada: son dimensiones materiales de sujetos que poseen modos de ser específicos, que no se reducen a esas condiciones ( en esta filosofía se entiende "sujeto" como "substrato", " la cosa a la que le son inherentes ciertas propiedades"). Por tanto, sería más apropiado calificar a esos sujetos como «materiales», para subrayar que la «materialidad» es un modo de ser.
- ¿ Qué son los seres naturales?
a) un sentido metafísico: lo que una cosa es esencialmente y lo que le distingue de lo demás ;
b) un sentido físico: el conjunto de los seres y de los procesos naturales que se identifican con lo corpóreo o material.
Los entes naturales son aquellos que poseen una determinada estructuración espacio-temporal que es resultado de un dinamismo intrínseco, propio, de esos mismos entes, y, por tanto, no depende de la voluntad humana. De ahí que Aristóteles dijese que la naturaleza es el principio interno de actividad que sólo se da en las entidades naturales.
De modo que estos entes se distinguen de los artificiales, puesto que éstos tienen una estructuración espacio-temporal que responde a un proyecto exterior, planeado por su artífice.
Los entes naturales son y se encuentran integrados en sistemas. Entendemos por "sistema" una composición de partes entre las que existe un grado de integración o unidad. Según este grado, podemos distinguir:
a) Los sistemas unitarios: aquellos sistemas individuales cuyos componentes se integran en un modo de ser unitario. Dicho de otro modo: un compuesto estructurado que se comporta como un tipo de ente individual e independiente. De esta clase son todas las sustancias físicas ( En la tradición aristotélica, "sustancia" era aquella entidad a cuya esencia le compete ser en sí y
no en otro. La sustancia posee un modo de ser unitario, una esencia,
a la que le corresponde subsistir con un ser propio, a diferencia de
los accidentes, a los que compete ser en otro).
b) Otros sistemas: aquellos que, si bien poseen cierta unidad, no son entidades individuales: mezclas y agregaciones, sistemas de orden ( p.e., el sistema solar) y ecosistemas.
En la naturaleza no todo son substancias, pero todo se articula en torno a las sustancias, es decir, sistemas individuales que poseen un modo de ser unitario.
- ¿ Cuál es la característica propia de los seres materiales?: El cambio
El cambio es una característica del mundo natural: todas las entidades naturales se encuentran sumergidas en el flujo de los cambios. En la medida en que todo cambio afecta a un sujeto, se dice que todos los entes naturales son mutables, i.e., sufren cambios. Aunque con "movimiento" nos referimos a un tipo de cambio, el de lugar, puede a veces intercambiarse con el mismo de "cambio" o "devenir" en su sentido más amplio. Puede explicarse esto porque ambos se relacionan estrechamente con el "movimiento", porque siempre suponen algún movimiento o cambio de posición.
Lo que hace posible el modo de ser propio de las cosas materiales, su característica mutabilidad, es que en ellas se conjugan actualidad y potencialidad. Porque todo lo material es algo sometido a unas condiciones que pueden provocar cambios. Por eso, la tradición aristotélica ve al ser físico como una mezcla de potencia y de acto; un ser que es algo en acto pero que tiene tendencias o aptitudes de llegar a ser otra cosa. Por ejemplo, el caso de un embrión que, siendo en acto ya un ser humano, tiene todavía potencia para desarrollarse y crecer para vivir con la autonomía propia de un ser humano adulto.
Ahora bien, es el movimiento lo que posibilita que llegue a ser en acto lo que antes sólo era en potencia. El movimiento es un acto parcial , que sólo es total cuando ya se ha acabado: el movimiento tiene actualidad en la medida en que su sujeto sigue estando en potencia, tanto respecto a un término final ( fin y cumplimiento del movimiento) cuanto por relación al movimiento mismo ( su parte aún no cumplida). Y de estas consideraciones resulta la definición tradicional del cambio como "acto del un ente en potencia en cuanto está en potencia" ( Fís. III, 1, 201a 10)
- ¿ Cuáles son las clases de cambios?
Hay dos tipos de cambio:
a) El accidental, que se da cuando se produce una modificación en algún accidente de la substancia sin ser afectada esencialmente. Por ejemplo, los desarrollos que se producen en un ser vivo desde su concepción hasta su muerte son una serie de procesos de este tipo: crece, se hace adulto, desarrolla sus capacidades físicas y mentales, adquiere conocimientos, hábitos y va dando forma a su personalidad, etc.
b) El sustancial, que supone la desaparición de una sustancia y su trasformación en otra diferente. Se produce una mutación no en los accidentes , sino en el sujeto ( el substrato) de los mismos; y es por este tipo de cambio por lo que una cosa deja de ser y una nueva llega a la existencia. Una molécula de agua surge de la combinación de oxígeno e hidrógeno, por ejemplo.
- La condición de posibilidad de toda modificación accidental: la distinción real entre sustancia y accidente.
El cambio accidental afecta a un ente que también consta de acto y potencia, pues el substrato que permanece a través de toda mutación accidental es siempre la sustacia ( llamada por Aristóteles "materia segunda") , y es en éste ente completo e íntegro( algo ya en acto) donde se da una potencialidad respecto a una determinación accidental concreta que no se actualiza siempre, sino sólo si concurren todos los factores requeridos. La existencia de tal potencialidad es una condición necesaria, pero no suficiente para que se dé un determinado proceso o cambio accidental. Pero incluso si no se actualiza, sigue siendo una capacidad real, es decir, algo que equivale a una tendencia, ya que significa que existen unas posisibilidades específicas que, si se actualizan, conducirán a un resultado determinado.
Y dado que la potencia y el acto que corresponden al ente accidentalmente mutable suponen ya el acto primario que determina esencialmente a este ente como una determinada sustancia, debe distinguirse en todo ente accidentalmente mutable una composición entre sustancia ( el sujeto que permanece a través del cambio) y accidentes ( aquello que varía en tal sujeto sin ser esencialmente afectado por ello).
- La condición de posibilidad de todo cambio sustancial: la distinción real entre materia y forma. El hilemorfismo.
Lo que se da en la naturaleza son verdaderos cambios, y no una sucesión de creaciones y aniquilaciones. El cambio sustancial exige que un nuevo sujeto llegue a ser por el dejar de ser de otro sujeto, pero, para ser esto posible, se requiere que en ambos términos del cambio subyazca algo común que persista a través del cambio ( algo que permanece tanto en un papel que se quema como en la ceniza resultante, p.ej.). En consecuencia, el cambio sustancial supone un substrato común a todos los cuerpos que permanece a través de todos los cambios sustanciales.
Lo común a todos los cuerpos antes y después del cambio sustancial por el que deja de ser un ente material determinado para comenzar a ser otro ente material determinado, es justamente aquello "de lo que se hace" toda nueva sustancia material. Por tanto para explicar los cambios debe admitirse que en todos ellos existe un substrato permanente que inicialmente carece de la forma o determinación esencial que luego adquiere mediante el cambio. Pues bien, llamamos "materia primera" a este substrato común a todos los cuerpos, por oposición a la "forma substancial", que en cada una de las sustancias corpóreas es el elemento especificador y determinante de su modo de ser esencial.
Un ente es, en consecuencia, sustancialmente mutable si se compone de materia y forma como principios constitutivos de su entidad sustancial. El término "hilemorfismo" es la concepción del cambio sustancial como algo que supone un ente móvil esencialmente constituido por un principio determinable y un principio determinante : la materia que es el substrato último del cambio y la forma substancial, que sería la responsable de la estructuración unitaria de las substancias, es decir, del modo de ser característico de cada tipo de substancia, de su modo de obrar y de sus tendencias propias.
Materia y forma no son entes completos ni partes físicas; son principios, que se comportan como potencia y acto. La materia primera es el principio puramente potencial e indeterminado, y la forma substancial es el principio actual y determinante. En efecto, el ente móvil es, en cuanto tal, algo compuesto de potencia y acto. La forma "informa" a la materia, la determina, la actualiza, y, por tanto, es acto; en cambio, la materia es potencia, porque la potencia significa algo indeterminado que es actualizado o determinado por la forma.Materia y forma, pues, son coprincipios de la esencia del ente móvil, como principio potencial y actual respectivamente. Así, pues, toda idea o definición de la esencia de un tipo de ser corpóreo deberá incluir una referencia a ambos coprincipios.
Es posible interpretar la materia primera como equivalente a la materialidad de los cuerpos, como enseña Mariano Artigas :
" En efecto- dice-, no es un componente físico determinado, sino que expresa el carácter básico que tienen en común todos los entes materiales...Al hablar de la materia primera nos referimos a un modo de ser. Se trata de un modo de ser común a todos los entes naturales. Contempladas bajo esta perspectiva, las afirmaciones aristotélicas acerca de la materia prima tienen un sentido claro: la materialidad es un modo de ser que pertenece esencialmente a los entes naturales (aspecto constitutivo); es el ámbito en el que se producen las transformaciones materiales ( substrato de los cambios substanciales); se refiere a las condiciones materiales de modo general ( las propias de la estructuración espacio-temporal propia de todo ente material, a saber) , no a modos de ser específicos ( es substrato indeterminado); y los entes materiales pueden transformarse, en principio, en cualquier otra cosa material ( es potencialidad pura)." ( Filosofía de la Naturaleza, pág. 134. EUNSA)
También es posible relacionar la estructura de los entes materiales con el concepto clásico de forma:
"Y más todavía si se tiene en cuenta la caracterización de esos entes como sistemas. Según la teoría de sistemas, un sistema está caracterizado por el conjunto de interrelaciones entre sus componentes, que se encuentran integrados en una estructura unitaria. Un sistema es más que la yuxtaposición de los componentes. Posee propiedades que no se encuentran en los componentes ni resultan de la mera adición de las propiedades de los componentes. Tiene características teleológicas, ya que existen leyes estructurales que favorecen la estabilidad de determinados aspectos; esto es especialmente manifiesto en los vivientes, pero se da también en otros sistemas inorgánicos, incluso en el mundo atómico regido por leyes cuánticas. Estas características favorecen la aproximación entre las nociones de estructura y forma" ( Filosofía de la Naturaleza, J. A. Marina. Pág. 143)
Son características de todo ente físico que se encuentran relacionadas con la materialidad, las siguientes:
a) su mutabilidad ( como ya hemos señalado casi al principio) tanto accidental como substancial, dado que la materia de la que algo se hace es pura potencialidad, es decir, es principio de pasividad, porque implica la posibilidad de recibir determinaciones nuevas.
b) su individualidad, pues la materia es el principio de individuación en las substancias naturales. En efecto, porque los seres naturales son materiales se hace posible que un mismo "tipo" de ser exista individualizado en seres que poseen unas dimensiones materiales concretables y cuantificables espacial y temporalmente.
c) su misma materialidad implica contingencia, es decir, falta de necesidad , pues le hace estar sometido a circunstancias que pueden provocar cambios y, asimismo, porque por su composición hilemórfica están sometidos a cambios substanciales.
- ¿ Es defendible todavía el hilemorfismo?
Recojo en unas cuantas citas el punto de vista de Mariano Artigas:
"Decir que materia y forma son causas reales, intrínsecas, constitutivas de la esencia de las substancias naturales, equivale a afirmar el valor metafísico de la composición hilemórfica. Dicho en otras palabras, esa composición no corresponde a una construcción mental útil para comprender la naturaleza, sino a la realidad de las cosas, aunque materia y forma no sean entes completos.
"Podría parecer que el hilemorfismo encuentra dificultades en el progreso de los conocimientos científicos acerca de la composición de la materia. Se podría pensar, en efecto, que la ciencia sustituye el hilemorfismo por explicaciones formuladas en términos de los componentes y sus configuraciones. En ese caso, el hilemorfismo respondería a una cosmovisión superada: los conocimientos científicos bastarían para explicar los fenómenos naturales, y los intentos de explicación filosófica serían inútiles.
"En realidad, se trata de dos niveles de explicación que son diferentes y, al mismo tiempo, complementarios. La ciencia experimental adopta una perspectiva no sólo legítima, sino imprescindible para progresar en el conocimiento de la composición de la materia y de sus leyes. Y la perspectiva filosófica conceptualiza esos conocimientos refiriéndolos a los modos de ser de lo natural.
"Los conocimientos actuales acerca de la composición de la materia resultan incompatibles tanto con un mecanicismo que despoja a la materia de dinamismo propio e interioridad, como con un procesualismo que no admite la existencia de sujetos estables. Más bien favorecen una imagen de la naturaleza en la cual desempeñan un lugar central las pautas, el dinamismo, la organización y la información. Esta imagen resulta plenamente coherente con el hilemorfismo.
"En la naturaleza existe una gran variedad de pautas, que se repiten en diferentes condiciones materiales concretas. Actualmente se conocen bastante bien muchas pautas, tanto en el ámbito microfísico como en el macrofísico y en los vivientes. Todo ello corresponde bastante bien a la noción de forma en cuanto modo de ser que se repite en diferentes condiciones materiales individuales.
"Por otra parte, en ocasiones se afirma que la energía prodría ser considerada como equivalente a la materia prima tradicional: en ese caso, todo estaría constituído por energía, y las entidades materiales serían energía "concentrada". Se pretende apoyar esta idea en algunos resultados de la física, tales como la equivalencia entre masa y energía, la importancia de los "campos" de fuerzas, la transmutación de las partículas subatómicas entre sí, y la equivalencia de las diferentes formas de energía. Sin duda, estos aspectos subrayan el carácter básico de la energía. Pero la energía de que trata la física es una magnitud que se define en relación con los métodos propios de la física, y su identificación con una noción filosófica cae fuera del ámbito propio de la ciencia experimental. Se trata, sin embargo, de una idea sugerente, porque es cierto que muchos aspectos de la realidad material pueden explicarse en términos de energía; pero la materia prima, entendida como "materialidad", se refiere de modo general a las condiciones materiales, y la energía, como magnitud física, se refiere, en cambio, a características específicas de la actividad natural." (Filosofía de la Naturaleza. M. Artigas)
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