"La ciencia está basada en la hipótesis de que el mundo es racional...
...Si el mundo es racional, ¿ cuál es el origen de su racionalidad?"
( La mente de Dios. P. Davis. Edt. Mcgraw Hill, págs 6,7)
Probablemente el gran problema del pensamiento científico y filosófico ha sido siempre la relación del pensar con el ser.
Los griegos presuponían la adecuación o correspondencia, como bien explicitó Parménides: " Es preciso que lo que pueda decirse y pensarse sea".
Era necesario que el logos ( el conocimiento racional ) humano coincidiese con la realidad preexistente, llegase a la visión de lo esencial en un proceso de desencubrimiento ( aletheia) del velo de las apariencias sensibles, múltiples y cambiantes.
Pero, ¿ cómo justificar la creencia en una realidad inteligible, bien ordenada, sometida a leyes que permitiesen a nuestras mentes investigar y alcanzar el entendimiento de las causas por las que suceden todas las cosas?. En definitiva, ¿ cómo es posible la ciencia como un "conocimiento cierto y demostrativo de todas las cosas por sus causas" ?
La primera visión: La filosofía griega.
Creo que Platón recoge en cierta, pero importante, medida las claves con que se configuró la respuesta griega a esta cuestión. Estas claves podemos encontrarlas en el famoso símil del sol contenido en el libro VI de República. Si no conocéis este pasaje, os proporciono un enlace con un comentario muy ilustrativo:
A continuación expondré las claves a las que me estaba refiriendo. Considero que tales ideas entraron a formar parte de la matriz cultural dentro de la que se gestó la ciencia experimental en la Modernidad, fruto de una adecuada pero difícil combinación entre especulación teórico-matemática y observación empírica. (Nota: pongo en cursiva lo que valga para Platón, y en tipografía normal, lo que constituye un elemento heredado de nuestros "abuelos" civilizadores, los griegos )
1. El mundo (kosmos) es un todo ordenado de acuerdo con un logos universal, un principio unificador y ordenador de todas las cosas.
Platón creía en el dualismo y llegaba a contraponer lo inteligible ( el perfecto orden que rige en el ámbito de las Ideas que son los patrones a los que se deben adecuar todas las cosas en cualquiera de los mundos posibles ) y lo sensible ( este concreto mundo cambiante y múltiple de las cosas materiales que conocemos por los sentidos). Aunque "lo que verdaderamente es" pertenece al ámbito de lo universal y necesario, este mundo nuestro, la región de las cosas particulares y contingentes, también tiene un puesto intermedio dentro de la realidad: todas las cosas físicas devienen y fluyen entre el ser y el no ser. ¿ Qué significa esto? Significa que nuestro mundo es una realidad intermedia entre dos posibles extremos, a saber: el de un mundo intemporal donde nada cambiase y el de un mundo dominado absolutamente por el caos y el devenir. Su rango intermedio implica que hay trazos de orden( ciclos, regularidades, patrones espaciales y temporales, etc.) en el inestable material del que está hecho nuestro mundo, y esto hace posible la existencia ( aunque contingente y efímera) de las cosas y, también, que sea posible indagar científicamente sus causas.
2. El hombre es un ser dotado de una porción del logos ( su conciencia o su alma inteligente), que le capacita para pensar en torno al ser de las cosas.
3.La estructura racional de lo real no es producto de nuestras mentes, pues estas son las que necesitan prepararse con la práctica de un método para lograr la visión y el conocimiento del verdadero ser .
4. Si el alma del hombre puede conocer el verdadero ser inteligible y eterno es por su afinidad con el ser de lo cognoscible ( por ejemplo, Platón creía en la afinidad de naturaleza entre el alma y las Ideas; el alma debía de ser incorpórea si era capaz de comprender el sentido de lo físico y sensible, algo que sólo lograba cuando llegaba a conocer las Ideas que funcionan como diseños inteligentes de todas las cosas)
5. Por su alma intelectiva, el hombre es el único animal capacitado para desear una vida semejante a la divina ( de este elemento platónico nunca se deshizo el aristotelismo) : la actividad cognoscitiva es la que conduce a la más gozosa realización de una vida humanamente buena. El hombre es una chispa de la inagotable luminiscencia divina.
La aportación cultural de la perspectiva cristiana :
La matriz griega del racionalismo occidental dejaba alguna cuestión abierta.
Si el alma no es idéntica con la naturaleza ni tampoco son dos realidades absolutas...
...es decir, si no son ni increados ni necesarios...
Si este mundo no es producto de nuestras mentes, ni la racionalidad del mundo puede ser causa sui ( crearse a sí misma)...
¿ Cómo explicar la adecuación entre el pensamiento y el universo? ¿ Cómo se puede creer que todo lo que pasa en el mundo tiene una razón y se puede conocer suficientemente a partir de una serie ordenada de causas conectadas "sin saltos" ( lógicos ni físicos) entre sí?
El cristianismo elaboró su propia respuesta, entre cuyos elementos encontramos los siguientes:
1. Toda la naturaleza es la creación de un Dios omnisciente, omnipotente y libre. Dios es la primera causa eficiente de la cual procede no sólo el orden del cosmos sino también el ser de todas las cosas. Asímismo, Dios es también el fin último al que se ordena todo lo creado y, de modo especialmente destacado, el ser humano.
2. El hombre es una criatura de Dios, creado a imagen y semejanza suya y, por tanto, un espíritu encarnado en le mundo, capaz de abrirse a la verdad y de entender el orden dispuesto por Dios para sus criaturas.
3. Pero Dios es el único ser necesario. Las criaturas no son absolutos, son realidades contingentes, por lo tanto, el conocimiento humano tampoco es perfecto: Hay cosas explicables que nosotros podemos entender, aunque quizás no podemos hacerlo con todas las cosas explicables.
4. Dios es la fuente de toda la verdad, que es una por esa misma razón, aunque accesible al hombre por dos vías: la razón y la fe. El creacionismo y el teleologismo cristianos justifica la armoniosa complementariedad del conocimiento racional con el conocimiento sobrenatural de la verdad revelada, para el que es preciso que el entendimiento se abra por el corazón a acoger con fe la palabra de Dios.
4. El énfasis en la contingencia y la finitud de lo creado lleva a subrayar los límites que el ser humano encuentra en el conocimiento de la realidad. Y no es sólo que nuestra luz natural requiere del complemento necesario de la fe para llegar a conocer a Dios, es que precisa inexorablemente de la experiencia sensible para estudiar y comprender el orden del mundo natural. Al menos, esta será la posición mantenida predominantemente por la escolástica a partir del S.XIII.
La experiencia muestra al hombre la realidad manifiesta y efectiva creada con absoluta libertad por Dios ( porque Dios podría haber elegido entre infinidad de mundos posibles el mundo que quería crear). Es , pues, necesario - como diría Galileo- leer "el libro de la naturaleza" a partir de la observación de los hechos, para poder descubrir con la razón el relativo orden necesario que se da en las leyes naturales. La realidad es, pues, inteligible, plasma el orden providencialmente dispuesto por la Inteligencia Divina, pero la razón humana tiene que aprender a interpretar los hechos de experiencia para comprender el mundo así como abrirse por la fe a lo trascendente.
"Compartimos con la naturaleza el carácter de criaturas de Dios, y por ello la naturaleza nos resulta transparente, inteligible. Tenemos un mismo origen y vamos hacia un mismo fin con todas las cosas" ( Mancini: El esplendor de la verdad ) Y sabemos que la condición que nos posibilita la apertura a la realidad es el espíritu, por el que somos imagen y semejanza de Dios.
El cristianismo, pese a que a lo largo de la historia se desarrollaron también en su seno fuerzas de resistencia y freno al desarrollo de las nuevas ideas científicas, aportó también elementos clave que configuraron lo que es la ciencia experimental surgida en el contexto histórico-cultural de una civilización europea de herencia tanto griega como cristiana.
Como afirmó Mariano Artigas: " Se suele admitir que el nominalismo medieval favoreció también el nacimiento de la ciencia moderna, ya que insistía en la contingencia del mundo y, por tanto, en la necesidad de la observación y de la experimentación para conocerlo. Pierre Duhem llegó a proponer el 7 de marzo de 1277 como fecha fundacional de la ciencia moderna. Es la fecha del decreto en el que el obispo de París, Esteban Tempier, censuró 219 proposiciones relacionadas con el aristotelismo averroísta, entre ellas algunas que afirmaban que todo lo que sucede en el mundo sucede de modo necesario, y que Dios no pudo crear un mundo diferente del que existe. La insistencia en la libertad de Dios al crear y, por tanto, en la contingencia del mundo, subrayaba que no podemos deducir por meros razonamientos , prescindiendo de la observación empírica, cómo es el mundo,y, por ende, estimuló el estudio empírico del mundo.
Sin embargo, la insistencia en la contingencia del mundo también podía obstaculizar el estudio científico. Por ejemplo, cuando Galileo intentó defender la teoría de Copérnico, debió enfrentarse a la objeción según la cual nunca se podría demostrar la verdad de esa teoría, porque Dios podría haber dispuesto todo de un modo diferente a lo que tal teoría afirma haciendo, no obstante, que los fenómenos observados fuesen los mismos. Esta objeción subraya, con razón, la dificultad lógica que existe cuando deseamos pasar de los efectos observados a las causas verdaderas. Pero la investigación científica supone que existe una cierta necesidad en el mundo, aunque se trate de una necesidad relativa, compatible con la libertad divina y con la contingencia del mundo" ( Filosofía de la ciencia, EUNSA, págs.9-10)
...Si el mundo es racional, ¿ cuál es el origen de su racionalidad?"
( La mente de Dios. P. Davis. Edt. Mcgraw Hill, págs 6,7)
Probablemente el gran problema del pensamiento científico y filosófico ha sido siempre la relación del pensar con el ser.
Los griegos presuponían la adecuación o correspondencia, como bien explicitó Parménides: " Es preciso que lo que pueda decirse y pensarse sea".
Era necesario que el logos ( el conocimiento racional ) humano coincidiese con la realidad preexistente, llegase a la visión de lo esencial en un proceso de desencubrimiento ( aletheia) del velo de las apariencias sensibles, múltiples y cambiantes.
Pero, ¿ cómo justificar la creencia en una realidad inteligible, bien ordenada, sometida a leyes que permitiesen a nuestras mentes investigar y alcanzar el entendimiento de las causas por las que suceden todas las cosas?. En definitiva, ¿ cómo es posible la ciencia como un "conocimiento cierto y demostrativo de todas las cosas por sus causas" ?
La primera visión: La filosofía griega.
Creo que Platón recoge en cierta, pero importante, medida las claves con que se configuró la respuesta griega a esta cuestión. Estas claves podemos encontrarlas en el famoso símil del sol contenido en el libro VI de República. Si no conocéis este pasaje, os proporciono un enlace con un comentario muy ilustrativo:
A continuación expondré las claves a las que me estaba refiriendo. Considero que tales ideas entraron a formar parte de la matriz cultural dentro de la que se gestó la ciencia experimental en la Modernidad, fruto de una adecuada pero difícil combinación entre especulación teórico-matemática y observación empírica. (Nota: pongo en cursiva lo que valga para Platón, y en tipografía normal, lo que constituye un elemento heredado de nuestros "abuelos" civilizadores, los griegos )
1. El mundo (kosmos) es un todo ordenado de acuerdo con un logos universal, un principio unificador y ordenador de todas las cosas.
Platón creía en el dualismo y llegaba a contraponer lo inteligible ( el perfecto orden que rige en el ámbito de las Ideas que son los patrones a los que se deben adecuar todas las cosas en cualquiera de los mundos posibles ) y lo sensible ( este concreto mundo cambiante y múltiple de las cosas materiales que conocemos por los sentidos). Aunque "lo que verdaderamente es" pertenece al ámbito de lo universal y necesario, este mundo nuestro, la región de las cosas particulares y contingentes, también tiene un puesto intermedio dentro de la realidad: todas las cosas físicas devienen y fluyen entre el ser y el no ser. ¿ Qué significa esto? Significa que nuestro mundo es una realidad intermedia entre dos posibles extremos, a saber: el de un mundo intemporal donde nada cambiase y el de un mundo dominado absolutamente por el caos y el devenir. Su rango intermedio implica que hay trazos de orden( ciclos, regularidades, patrones espaciales y temporales, etc.) en el inestable material del que está hecho nuestro mundo, y esto hace posible la existencia ( aunque contingente y efímera) de las cosas y, también, que sea posible indagar científicamente sus causas.
2. El hombre es un ser dotado de una porción del logos ( su conciencia o su alma inteligente), que le capacita para pensar en torno al ser de las cosas.
3.La estructura racional de lo real no es producto de nuestras mentes, pues estas son las que necesitan prepararse con la práctica de un método para lograr la visión y el conocimiento del verdadero ser .
4. Si el alma del hombre puede conocer el verdadero ser inteligible y eterno es por su afinidad con el ser de lo cognoscible ( por ejemplo, Platón creía en la afinidad de naturaleza entre el alma y las Ideas; el alma debía de ser incorpórea si era capaz de comprender el sentido de lo físico y sensible, algo que sólo lograba cuando llegaba a conocer las Ideas que funcionan como diseños inteligentes de todas las cosas)
5. Por su alma intelectiva, el hombre es el único animal capacitado para desear una vida semejante a la divina ( de este elemento platónico nunca se deshizo el aristotelismo) : la actividad cognoscitiva es la que conduce a la más gozosa realización de una vida humanamente buena. El hombre es una chispa de la inagotable luminiscencia divina.
La aportación cultural de la perspectiva cristiana :
La matriz griega del racionalismo occidental dejaba alguna cuestión abierta.
Si el alma no es idéntica con la naturaleza ni tampoco son dos realidades absolutas...
...es decir, si no son ni increados ni necesarios...
Si este mundo no es producto de nuestras mentes, ni la racionalidad del mundo puede ser causa sui ( crearse a sí misma)...
¿ Cómo explicar la adecuación entre el pensamiento y el universo? ¿ Cómo se puede creer que todo lo que pasa en el mundo tiene una razón y se puede conocer suficientemente a partir de una serie ordenada de causas conectadas "sin saltos" ( lógicos ni físicos) entre sí?
El cristianismo elaboró su propia respuesta, entre cuyos elementos encontramos los siguientes:
1. Toda la naturaleza es la creación de un Dios omnisciente, omnipotente y libre. Dios es la primera causa eficiente de la cual procede no sólo el orden del cosmos sino también el ser de todas las cosas. Asímismo, Dios es también el fin último al que se ordena todo lo creado y, de modo especialmente destacado, el ser humano.
2. El hombre es una criatura de Dios, creado a imagen y semejanza suya y, por tanto, un espíritu encarnado en le mundo, capaz de abrirse a la verdad y de entender el orden dispuesto por Dios para sus criaturas.
3. Pero Dios es el único ser necesario. Las criaturas no son absolutos, son realidades contingentes, por lo tanto, el conocimiento humano tampoco es perfecto: Hay cosas explicables que nosotros podemos entender, aunque quizás no podemos hacerlo con todas las cosas explicables.
4. Dios es la fuente de toda la verdad, que es una por esa misma razón, aunque accesible al hombre por dos vías: la razón y la fe. El creacionismo y el teleologismo cristianos justifica la armoniosa complementariedad del conocimiento racional con el conocimiento sobrenatural de la verdad revelada, para el que es preciso que el entendimiento se abra por el corazón a acoger con fe la palabra de Dios.
4. El énfasis en la contingencia y la finitud de lo creado lleva a subrayar los límites que el ser humano encuentra en el conocimiento de la realidad. Y no es sólo que nuestra luz natural requiere del complemento necesario de la fe para llegar a conocer a Dios, es que precisa inexorablemente de la experiencia sensible para estudiar y comprender el orden del mundo natural. Al menos, esta será la posición mantenida predominantemente por la escolástica a partir del S.XIII.
La experiencia muestra al hombre la realidad manifiesta y efectiva creada con absoluta libertad por Dios ( porque Dios podría haber elegido entre infinidad de mundos posibles el mundo que quería crear). Es , pues, necesario - como diría Galileo- leer "el libro de la naturaleza" a partir de la observación de los hechos, para poder descubrir con la razón el relativo orden necesario que se da en las leyes naturales. La realidad es, pues, inteligible, plasma el orden providencialmente dispuesto por la Inteligencia Divina, pero la razón humana tiene que aprender a interpretar los hechos de experiencia para comprender el mundo así como abrirse por la fe a lo trascendente.
"Compartimos con la naturaleza el carácter de criaturas de Dios, y por ello la naturaleza nos resulta transparente, inteligible. Tenemos un mismo origen y vamos hacia un mismo fin con todas las cosas" ( Mancini: El esplendor de la verdad ) Y sabemos que la condición que nos posibilita la apertura a la realidad es el espíritu, por el que somos imagen y semejanza de Dios.
El cristianismo, pese a que a lo largo de la historia se desarrollaron también en su seno fuerzas de resistencia y freno al desarrollo de las nuevas ideas científicas, aportó también elementos clave que configuraron lo que es la ciencia experimental surgida en el contexto histórico-cultural de una civilización europea de herencia tanto griega como cristiana.
Como afirmó Mariano Artigas: " Se suele admitir que el nominalismo medieval favoreció también el nacimiento de la ciencia moderna, ya que insistía en la contingencia del mundo y, por tanto, en la necesidad de la observación y de la experimentación para conocerlo. Pierre Duhem llegó a proponer el 7 de marzo de 1277 como fecha fundacional de la ciencia moderna. Es la fecha del decreto en el que el obispo de París, Esteban Tempier, censuró 219 proposiciones relacionadas con el aristotelismo averroísta, entre ellas algunas que afirmaban que todo lo que sucede en el mundo sucede de modo necesario, y que Dios no pudo crear un mundo diferente del que existe. La insistencia en la libertad de Dios al crear y, por tanto, en la contingencia del mundo, subrayaba que no podemos deducir por meros razonamientos , prescindiendo de la observación empírica, cómo es el mundo,y, por ende, estimuló el estudio empírico del mundo.
Sin embargo, la insistencia en la contingencia del mundo también podía obstaculizar el estudio científico. Por ejemplo, cuando Galileo intentó defender la teoría de Copérnico, debió enfrentarse a la objeción según la cual nunca se podría demostrar la verdad de esa teoría, porque Dios podría haber dispuesto todo de un modo diferente a lo que tal teoría afirma haciendo, no obstante, que los fenómenos observados fuesen los mismos. Esta objeción subraya, con razón, la dificultad lógica que existe cuando deseamos pasar de los efectos observados a las causas verdaderas. Pero la investigación científica supone que existe una cierta necesidad en el mundo, aunque se trate de una necesidad relativa, compatible con la libertad divina y con la contingencia del mundo" ( Filosofía de la ciencia, EUNSA, págs.9-10)
No hay comentarios:
Publicar un comentario