Mi muro y opiniones de autoridades

sábado

Mersenne et l'angelique doctrine. Un intellectuel politiquement correct ou un penseur masqué. Segunda parte

Dédié au Dr M. Lerner. Merci, professeur, puisque vous avez prêté attention à mon étude sur Mersenne. Votre approbation des conclusions de mon travail sur Mersenne est un grand encouragement pour mes recherches.

Mersenne, un pensador disfrazado

Mersenne escribió a Peiresc en el verano de 1634:

" Monsieur

Je vous envoie les trois petits traitez que j' ay faits, affin que vous en puissiez recevoir quelque contentement parmi vos occupations plus sérieuses. Je vous prie d' envoy à Mr. Doni, quand vous en trouverez l' occasion, ceux où son nom est. Dont les Questions morales, mathematiques, etc. sont differentes de vostres, parce qu' il y a des raisons pour le mouvement de la Terre sans réfutation, pour lesquelles j' avois mis la sentence des cardinaux pour medecine, comme vous verrez. Mais parce qu' on me dist qu' il y avoit eu quelque bruit parmi les docteurs de Sorbonne à cause des raisons que ye ne refutois pas, j'ay osté toutes les questions dont ils se pouvoient formaliser, et en ay mis d' autres que vous verrez dans le livre pour Mr. Doni, qui sera plus prope pour Rome (1)

Gracias a la Profesora Sylvie Taussig , sabemos:

  Ainsi existe-t-il dès juillet 1634 deux versions des Questions, qui diffèrent par les questions 34, 37, 44 et 45. À voir les questions litigieuses ..., on comprend que l’affaire ait pu faire quelque bruit ; mais, des questions de rechange que Mersenne formule, si la dernière est carrément ironique (« Est-il permis d’enseigner dans les Écoles que la terre est immobile ? ») et permet de découvrir chez notre minime un pince-sans-rire, les trois autres sont de vraies questions"  ( " Marin Mersenne, moine mathématicien et philosophe" en la biblioteca Bibnum, 22 de febrero de 2010, p. 15)    

Es decir:

Existen, pues, a partir de julio de 1634 dos versiones de las Questions, que difieren en las cuestiones 34, 37,44, 45. Al ver las cuestiones polémicas... se comprende que el caso podría hacer algún ruído; pero de las cuestiones de reemplazo que Mersenne formula, si la última (45) es francamente irónica ( " ¿ Está permitido enseñar en las escuelas que la tierra es inmóvil?") y permite descubrir en nuestro mínimo a un sarcástico, las otras tres son cuestiones reales"

Y es que, tras la condena de Galileo, Mersenne cambió algunas cuestiones contenidas en la primera edición por otras cuestiones en la segunda edición de 1634. Las sustituyó porque en las primeras se presentaban opiniones galileanas sobre el movimiento terráqueo que no iban acompañadas de razones contrarias. Por eso envía a su corresponsal, Peiresc un tratado modificado y distinto del que ya tenía éste en su poder,  para que fuese enviado a Monsieur Doni, en Roma.

En efecto, de acuerdo con la investigación de Taussig, sabemos, por ejemplo, que la cuestión 34 (" A sçavoir si l' on peut établir une nouvelle science des sons, qui soit nommé Psophologie, ou de tel autre nom que l' on voudra") fue sustituida por " Quelles raisons a- t' on prouver & pour persuader le mouvement de la Terre, autour de son axe, dans l' espace de vingt-quatre heures?". Vemos en la publicación definitiva que Mersenne expone razones para dudar de la rotación.

La cuestión 37 de la primera edición era " À sçavoir combien l' on doit estre élevé sur la surface de la terre, ou sur tel autre corps que l' on voudra plus grand ou plus petit, pour voir un espace donne"; mientras que en 1634 fue sustituida por " Quelle raison peut on avoir pour croire que la Terre se meut autour du Soleil, que lòn met au centre du monde?". El monje francés también aquí declara que " hasta aquí no se ha dado ninguna razón que demuestre que el Sol sea el centro del universo o que la tierra se mueva en torno al Sol".

La cuestión 44 ( "Quelle doit estre la force de la voix pour estre portée et entendue jusque à la Lune, au Soleil et au firmament, soit naturellement ou par artifice?") será modificada por esta otra: " Qu' y a-il de plus notable dans les Dialogues que Galilée a faits du mouvement de la terre"

Y la cuestión 45 pudo haber sido "Est-il permis d' enseigner dans les Escoles que la terre es immobile?", pero la verdadera formulación que hallamos en el tratado es "Est-il permis de soustenir que la terre es mobile: où la Censure des Dialogues de Galilée est rapportée tout au long"

Todo esto parece bastante extraño, pero no tanto si tenemos en cuenta no sólo su curiosidad e interés por la divulgación científica, sino también la cautela y prevención que demuestra al conocerse la dureza de las decisiones tomadas desde Roma contra la posición representada por Galileo ( cosa que demuestra por el hecho de publicar en la segunda edición la sentencia contra el sabio florentino) y las razones en las que se apoyaron los inquisidores. Y hemos visto en las cuestiones 34 y 37 que Mersenne presentaba razones profundamente coherentes con la angélica doctrina del Papa. ¿ Trataba de protegerse de toda sospecha a la par que satisfacía su curiosidad científica e informaba sobre controversias de máxima actualidad e interés científicos?

Como afirma Massimo Bucciantini, como consecuencia de la condena de Galileo, Mersenne tuvo que adoptar una gran precaución, lo cual explica los cambios que introdujo en relación con las tesis contenidas en los Diálogos de Galileo, dentro de sus Questions theologiques ( véase:  Bucciantini Massimo, " Descartes, Mersenne et la philosophie invisible de Galilée ", Dix-septième siècle, 2009/1 nº 244, p. 19-30. DOI: 10.3917/dss.091.0019)

Aun cuando no nos es posible cotejar las cuestiones cambiadas, si hacemos caso a lo que confesó Mersenne en su carta, parece que trató de corregir aquellos puntos de vista controvertidos relacionados con el copernicanismo que en las primeras cuestiones podían levantar sospechas. Y por ello decía que " hay consideraciones sobre el movimiento de la Tierra sin refutación, para las cuales he puesto la sentencia de los cardenales como medicina...Pero puesto que se me ha dicho que hubo algún ruido entre los doctores de la Sorbona a causa de las consideraciones que yo no refuté, he suprimido todas las cuestiones en las que se podían formular y he colocado otras que V. verá en el libro para Mr. Doni, que será más apropiado para Roma".

Como vemos, Mersenne eliminó los párrafos referidos a Galileo contenidos en la primera edición, colocando otros "más apropiados para Roma" y al gusto de "los doctores de la Sorbona".

Pienso que es altamente razonable extraer la siguiente conclusión: si en la nueva versión de las "Questions theologiques" aparecen claras referencias a la angélica doctrina para contrarrestar la afirmación del movimiento de la Tierra, y si Mersenne lo hace para contentar a Roma y a los doctores de la Universidad de París, entonces, en París, la objeción papal contra la movilidad de la Tierra era muy probablemente conocida y aceptada por algunos doctores de la Facultad de Teología. Mersenne estaba exponiendo algo que los doctores de la Sorbona aceptarían de buen grado o, al menos, algo en lo que no hubiese encontrado la oposición de los teólogos mejor informados.

Pero creo que los estudios históricos no han profundizado suficientemente todavía en el hecho de que Mersenne aduzca razones asociadas con la angélica doctrina para contentar a los teólogos parisinos que "exigían una refutación en buena y debida forma" (2). Por eso, estando en lo esencial de acuerdo con el estudio de Lerner , creo que la utilización por parte de Mersenne del argumento escéptico favorito del Papa contra Galileo es un aspecto tan significativo que, incluso, trasciende el libro de Mersenne, pues demuestra que jugó un papel determinante en la cultura científica y filosófica del S.XVII. Como es evidente, Mersenne no sólo procuró "curarse en salud" publicando la sentencia de los cardenales contra la posición galileana, sino que cambió su libro para que fuese "plus prope pour Rome". Y lo hizo exponiendo razones teológicas que armonizan a la perfección con la objeción anticopernicana representada por la angélica doctrina.

Pues, bien, si esto es así, tenemos la prueba en Mersenne de un " penseur masqué" que, por cautela o temor, expresa sus opiniones y pensamientos sin tratar de salirse de lo políticamente correcto ni levantar sospechas entre las autoridades eclesiásticas y académicas.

Pero también es la prueba de que las objeciones papales contenidas en la angélica doctrina estaban pesando en el ambiente académico parisiense, francés. ¿ Cómo podía pasarle desadvertido a Descartes.?. Trataré de probar en futuras entradas, remitiéndome a la correspondencia entre Descartes y Mersenne que es sumamente probable que este aspecto tuviese notable influencia en el pensador francés.

Ahora bien, si se me permite hacer una analogía con su gran amigo Descartes, podría decir que, inevitablemente, también Descartes tuvo que servirse de tanta o más cautela y prudencia que el mínimo, sólo que el talento y sagacidad del gran filósofo francés le permitió poder salvar tan apurada situación con la inventiva de una estrategia de largo alcance: su sistema metafísico. Y esto es lo que yo he tratado de explicar en el libro "El caballo de Troya de Descartes".

Pero es llamativo el distinto modo en que reaccionaron estos amigos al conocer la condena de Galileo. Mersenne modificó sus " Questions Theologiques" adaptando capítulos enteros al gusto de Roma y de los doctores de la Sorbona. Descartes retiró de imprenta su "Monde", pues, como escribió en una carta a Mersenne en noviembre de 1633:

" Comme je ne voudrais pour rien du monde qu' il sortît de moi un discours, où il se trouvât le moindre mot qui fût désapprouvé de l' Église, aussi aimé-je, mieux le supprimer, que de le faire paraître estropié... Il y a déja tant d' opinions en philosophie ...qui peuvent être soutenues en dispute, que si les miennes n' ont rien de plus certain, et ne peuvent être approuvées sans controverse, je ne les veux jamais publier" ( Correspondence, 1 Éditée et annotée par Jean-Robert Amorgathe. Gallimard,2013, pp.108-109)

" Como no querría por nada del mundo que salga de mí un discurso en el que se encontrase la menor palabra que fuese desaprobada por la Iglesia, es por ello que he preferido mejor suprimirlo que hacer que parezca amputado ... Hay ya tantas opiniones en filosofía ... que pueden ser sostenidas en disputa, que si las mías no tienen nada de más cierto, y si no pueden ser aprobadas sin controversia, no las quiero publicar nunca"

O quizás recelaba de la oposición de los jesuitas, pues : " Je me suis laissé dire, que les ( P. jésuites) avaient aidé à la condamnation de Galilée"  ( Op. cit, p. 110). Es decir: " Me han dicho que los Padres jesuitas habían ayudado a la condenación de Galileo".

Mersenne no llegó a mutilar su libro, pero sí a amputarle partes que sustituyó por otras. Y lo hizo intercalando razones basadas en la angélica doctrina papal, razones "apropiadas" para Roma. Ya hemos visto en una entrada anterior el juicio que en 1632 le merecían a Descartes las razones por las que Roma podía haber convertido en "dogma de fe" el geocentrismo...

Lo cierto es que Descartes no adoptó la actitud tomada por Mersenne. No publicó su tratado de física, pero se concentró en desarrollar una filosofía primera que ya, entre 1629 y 1630, había esbozado en unas cuantas páginas, matrices de sus futuras "Meditaciones". Y lo que a ciencia cierta sabemos es que en esos esbozos el concepto de la omnipotencia divina tenía un lugar privilegiado y central. Pero, claro, las implicaciones que Descartes extraerá de su concepción de la " Potentia Dei" serán opuestas al escepticismo teológico anticientífico que se seguía de la doctrina papal. En efecto, esta ponía potencialmente en duda el orden inteligible y limitaba nuestra capacidad cognoscitiva, mientras que lo que perseguía Descartes era fundamentar la cognoscibilidad de la realidad a partir de la idea de la inmutabilidad y la omnipotencia divinas.

Es muy razonable pensar que , cuando se ilusionó con la esperanza de ganar fuertes apoyos en Roma, pensaba en poder obtener una victoria para sus ideas metafísicas que preparase el terreno para que la Iglesia cambiase de actitud ante las nuevas ideas científicas. Pero ello forzosamente pasaba no sólo por un replanteamiento exegético ( cosa que escapaba completamente a la competencia, al deseo e influencia de un filósofo como Descartes), sino también por la desactivación ( inteligentemente estratégica) del gran reparo anticientífico contenido en la doctrina puesta de moda por el Papa y de la que, como hemos visto, encontramos ecos incluso en el amigo de Descartes, el Padre Mersenne. Por cierto, un sacerdote que mantenía relaciones con personajes influyentes dentro del Colegio Cardenalicio, como, por ejemplo, el mismísimo sobrino del Papa y uno de los hombres a su servicio: Giambattista Doni...

(1) "Marin Mersenne, Correspondence. PUF, Paris 1945-1988. IV, pp. 267-268

(2) La réception de la condamnation de Galilée en France au XVII siècle, M. P. Lerner, en "Largo campo di filosofare" editado por J. Montesinos y C. Solís. Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, 2001. pp.524-526
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