Mi muro y opiniones de autoridades

jueves

La primera alusión de Descartes al caso Galileo en la correspondencia con el P.Marin Mersenne

"J`ai compassion avec vous de cet auteur qui se sert de raisons astrologiques pour prouver l' inmobilité de la Terre; mais j´aurais encore plus de compassion du siècle, si je pensais  que ceux que ont voulu faire un article de foi de cette opinion n´eussent  point de plus fortes raisons pour la soutenir" ( Lettre a Mersenne, Deventer,été 1632 ( ¿ o pudo ser de 1634?). Oeuvres complètes. VIII, vol. 1. Gallimard 2013)

Traducción:

" Yo me compadezco con V. de ese autor que se vale de razones astrológicas para probar la inmovilidad de la Tierra; pero yo me compadecería aún más de nuestro tiempo, si pensase que quienes han querido hacer un artículo de fe de esta opinión no tenían mejores razones para sostenerla.

Creo que se trata de la primera alusión al caso Galileo que podemos encontrar en la correspondencia que Descartes mantuvo con su amigo, el Padre Marin Mersenne.

Comienza haciendo alusión al astrólogo y matemático Jean-Baptiste Morin ( 1583-1656), conocido por su oposición a las ideas de Galileo, para terminar lamentando la oposición de las autoridades teológicas y eclesiásticas al movimiento de la Tierra.

En 1631, Morin ( con quien Descartes mantuvo correspondencia científica ) publicó "Famosi et antiqui problematis de Telluris motu vel quiete haectenus optata solutio". Según sabemos gracias al ensayo del Profesor Antonio Beltrán Marí, Morin hacía referencia al principio de la omnipotencia divina, el argumento que, de acuerdo con este investigador español, Urbano VIII aprendió de los jesuitas y que, como hemos dicho en otra entrada anterior, basándonos en el Prof. Luca Bianchi, se convertía en un reparo de escepticismo teológico anticopernicano pues conducía a la conclusión de que el movimiento de la Tierra, aparentemente contradictorio con algún pasaje bíblico, era completamente indemostrable. El problema es que el corrosivo escepticismo de la angélica doctrina era aplicable a cualquier teoria científica que presupusiera la existencia de un orden causal inteligible dentro del mundo natural. En efecto, si nuestra finitud nos incapacitaba para poder comprender los infinitos mundos posibles que Dios habría podido crear, en la misma medida, también limitaba nuestra capacidad de conocer el mundo efectivamente elegido por Dios. Como he dicho también anteriormente, este último tópico parece que se pudo haber popularizado entre muchos críticos del copernicanismo deseosos de congraciarse con lo que, en aquel tiempo, era lo más fácil de seguir: la autoridad papal ( Véase, por ejemplo, "Ejercicios Filosóficos", de Antonio Rocco)

Demuestra el Prof. Beltrán que Galileo, al leer el pasaje alusivo a la Potentia Dei en el libro de Morin, hizo la siguiente reflexión: " Nosotros no buscamos lo que Dios podía hacer, sino lo que ha hecho. Por lo que yo os pregunto si Dios podía hacer el mundo infinito o no. Si podía y no lo ha hecho, haciéndolo finito y tal cual es de facto, al hacerlo así no ha ejercido su potencia más que si lo hubiese hecho del tamaño de un semilla de algarroba. Y si Él, para mostrar su potencia, lo hace mover en 24 horas, esto es como nada comparado con hacerlo mover en una hora muchas millas y millones de revoluciones... Sr. Morino, Dios podía hacer volar los pájaros con los huesos de oro macizo, con las venas llenas de mercurio, con la carne más pesada que el plomo y con las alas pequeñísimas y pesadas, y así habría mostrado más claramente su potencia; podía hacer los peces más pesados que el plomo, es decir doce o más veces más pesados que el agua; pero ha querido hacer a aquéllos de carne y plumas muy ligeras y a éstos igualmente graves que el agua para enseñarnos que Él gusta de la simplicidad y facilidad, etc." ( Opere VII, 565-566) ( Cita tomada de "Galileo y Urbano VIII: La trama del equívoco", de A. Beltrán Marí. Revista Endoxa, nº 21, 2006)

Pues, bien, volviendo a la cita cartesiana, Descartes valora como lamentables las razones astrológicas con las que Morin trata de probar la inmutabilidad de la Tierra. Obviamente, los argumentos contenidos en el libro del astrólogo le parecen no sólo débiles, sino completamente irrelevantes. Pero si la futilidad retórica le puede parecer digna de compasión en el caso de Morín, mucho más lo son las razones por las que otros han "querido hacer un artículo de fe de esta opinión"

De acuerdo con la opinión de Jean-Robert Armogathe, " Il s`agit d' une critique non déguisée de la condamnation du système corpernicienne prononcé á Rome en 1616" ( Oeuvres Completes VIII,1, p.830)

Pero en el texto hay que detenerse para reflexionar sobre lo escrito por Descartes y sus probables intenciones: él expone una condicional, dice que sería más lamentable la opinión de las autoridades de Roma "si no tenían mejores razones para sostenerla". El P. Armogathe dice bien que se trata de una crítica no disfrazada. Yo diré algo más: es un intento de crítica sutil, matizada, pero que subraya que las razones en las que se sostiene la opinión geocentrista pueden ser tan débiles, inútiles e irrelevantes como las de Morin. Y, obviamente, entre las razones con que las autoridades trataban de convertir en "artículo de fe" el geocentrismo estaban las que obligaban a declarar como indemostrable el movimiento de la Tierra. A partir de 1630, la principal de las mismas era la angélica doctrina papal.

Teniendo en cuenta que hubiese sido impensable en el S.XVII una invectiva directa contra la autoridad eclesiástica más elevada y que, sin embargo, como los estudios históricos han demostrado, el argumento del Papa era públicamente conocido desde 1629 al menos, no debería extrañar a nadie la posibilidad de que Descartes ya estuviese informado sobre la objeción teológica anticopernicana puesta de moda por Urbano VIII. De hecho, por lo que dice, parece saber algo, pues, como hemos visto, también Morin se hizo eco de la problemática objeción teológica... En efecto, pues es altísimamente probable que Descartes conociese la obra de Morin a través de conversaciones con Mersenne, quien hizo referencia a la misma en su tratado " Questions Theologiques", de 1634.

Como se verá en próximas entradas, aunque el interés que demostró entre 1629 y 1630 por la omnipotencia divina y la creación de las verdades eternas no tuviese clara relación con esta problemática, sin embargo, una vez difundida la razón que jugó un papel tan relevante para la acusación oficiosa contra Galileo en su segundo proceso inquisitorial, debió determinar la atención prestada por Descartes a las polémicas con implicaciones escépticas contra la fisicomatemática en las que se entrometiese el principio dogmático de la omnipotencia divina. La obra publicada de Descartes difícilmente podrá comprenderse con justeza sin contextualizarse en referencia a esta problemática. Por otra parte, como seguiremos viendo, Descartes sostuvo en varias ocasiones que su proyecto era levantar los fundamentos de la metafísica y de la física para remover los obstáculos ideológicos levantados contra la aceptación futura del movimiento de la Tierra.


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2 comentarios:

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    1. El Prof. Joaquín E. Meabe, gran filósofo argentino y persona que me merece la más elevada consideración ha querido publicar aquí:

      "Muy útil e instructivo. Joaquín E. Meabe"

      Gracias, Profesor.

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